Epilogo

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ATLIMUS.

De nuevo aquí. De nuevo con ellas.

¿Dónde están? – grito, me enoja que no estén cuando vengo a verlas. Siempre hacen lo que quieren. Eso debe de cambiar.

Estamos aquí – dicen a coro seis o siete voces distintas.

Vemos... que has... fallado – comienzan, siempre hablan así, cada una, pronuncia cada una, unas cuantas palabras a la vez, siempre eh logrado distinguir seis voces distintas. Pero siempre se ven siente cuerpos moverse en el agua oscura con gran agilidad – dimos... que sucedió...

Un ligero contratiempo – señalo, sin darle importancia.

Escapo...cierto – me molesta su forma de hablar. Parecen satisfechas – lo sabíamos.

Si ya se, lo saben todo – digo molesto, entonces sonrió – por eso estoy aquí ¿ustedes saben donde esta cierto?

Claro... que sabemos – confirman ya sabía yo que me ayudarían.

Me lo dirán, supongo.- digo confiado. Miro hacia el lugar donde creo que están. Estoy justo en el límite de la barrera.

Esta con los humanos – dice solo una de ellas. La sombra de una de ellas se acerca al límite donde yo me encuentro, su cabello negro se mueve con el movimiento del agua, dando forma a una especia de areola negra, negra como las profundidades, sus ojos son rojos como la misma sangre. Su hermoso rostro se asoma hacia la luz del sol, un rostro tan hermoso como no lo había visto nunca en una sirena de mi pueblo. Entonces sale completamente a la luz, permitiéndome ver su cuerpo completo. Luce casi completamente normal hasta su cintura donde las piernas son reemplazadas por una cola de pez que se agita vigorosamente hacia atrás y delante.

Si esta con los humanos – digo y miro la creatura directo a sus ojos rojos – voy a necesitar de su ayuda. – apenas termino la frase. La creatura sonríe mostrando sus afilados colmillos.

ENCADENADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora