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La enorme corriente que rodea el límite de la ciudad es provocada por Atlimus, está agitando su mano en forma circular, al parecer no piensa permitirme salir a dar mi tan deseado paseo por el arrecife, y que manera de convencer a alguien, cerrando toda forma de salida y entrada.

¿Tú estás haciendo esto? - inquiero de forma un tanto agresiva, en verdad me molesta que quiera mantenerme cautiva de esta forma no es justo, sus poderes son realmente grandes y tiene un enorme control sobre ellos, en especial para provocar una corriente tan grande.

Ameli no te voy a permitir que abandones la ciudad - responde de forma un tanto prepotente y sin dejar de agitar su mano lo que hace es un pequeño y rápido cambio, haciendo con su muñeca un impulso rápido hacia él provocando que una corriente lo suficientemente fuerte me llevé de forma poco violenta hacia él, cosa que no me gusto para nada - lo dije y no voy repetir, ¿entiendes?

Me quedo callada, suelto al delfín y le digo que se retire, Atlimus hace lo mismo, suelta de forma gentil al animal y se acerca a mí, sin dejar de agitar su mano ni un momento, me toma de la mano con mano libre y la aprieta fuerte.

Mientras estés a mi lado, no voy a permitir que abandones la ciudad, el mar no es seguro - con ese comentario quiere decir que jamás me dejara salir a la superficie y menos con esas habilidades que tiene de hecho jamás podría acercarme a la superficie en su presencia, parece incluso tan obstinado como mi padre en ese asunto - estás segura dentro de la ciudad, aquí te podemos proteger.

¡Disculpa! - le digo un tanto molesta y lo empujo como se atreve a pensar que soy indefensa si supiera de lo que soy capaz - no soy una niña para que me protejan - Atlimus parece confundido por mi comentario pero hace una mueca, una media sonrisa aparece en su bello rostro. Me mira de forma dulce por un momento, rápido giro mi cara para evitar su mirada que me atrapa en cuanto la veo.

Vamos a la ciudad - dice él de forma muy dulce ya no estaba sosteniendo tan fuerte mi mano si no que lo hace de forma muy suave - te voy acompañar a tu casa creo que por hoy es suficiente de diversión - la verdad es que pienso exacto lo mismo, además de que tengo pensado hacer otra cosa.

En cuanto comenzamos a descender a la ciudad él dejo de agitar su mano por lo que poco a poco fue parando la barrera creada alrededor de la ciudad por la corriente que el provoco hacia poco en cuando bajo su mano la corriente desapareció por completo como si nunca hubiera esto ahí, sus poderes realmente me sorprenden tener ese complejo poder sobre los mares, en verdad sería un gran error hacerlo enojar de alguna manera.

Cuando por fin estamos en la ciudad Altimus insiste en acompañarme a mi casa a lo cual accedo pero no de buena gana, lo hago con la sola intención de que me deje sola, en serio que me había asustado un poco con la demostración de su poder.

El camino a mi casa a pesar de ser corto de donde nos encontramos siento como si pasan muchos años para llegar, cada momento lo sentía muy largo, en verdad quería deshacerme de él lo más pronto posible, no soportaba estar un momento más a su lado, en lo único que ahora puedo pensar es en estar en mi casa junto a mi padre.

Al llegar a mi casa le agradezco por el paseo, si me divertí no puedo negarlo pero hubiera preferido poder salir a dar una vuelta con el delfín, cosa que hare después sola al fin no me estará cuidando todos los días.

Me acerco a la entrada de mi casa y me despido de el

¡Te veo después! - dice él de forma bastante amable aunque suena más como una advertencia y se acerca, me toca la mejilla con el dorso de su mano, yo evito completamente su mirada cerrando los ojos, en verdad me hiso enojar por su actitud por las reglas en especial por la forma de hacerlas cumplir no debió hacerlo.

ENCADENADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora