Carta 27

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John:

Esa tarde en la plaza sentí por primera vez que estaba realmente hablando con alguien. Hablando de verdad. El alivio corrió por mis venas cuando me di cuenta.

No estaba solo.

Ian dijo que a él no le importabas, que no iba a dejar todo por un par de golpes, que me quería, que me ayudaría, que él estaba ahí y cuando lo dijo no pude evitar llorar un poco.

Me abrazó y no entendí como podía caber tanto cariño en un par de brazos delgados.

Le conté la historia de mi vida. Él escuchó todo atentamente pero sin decir ni una sola palabra. Mi corazón latía a mil por hora y es que tenía miedo, miedo de abrirme tanto a alguien que no conocía demasiado pero ya que lo sentía familiar.

El maldito miedo de querer.

Cuando termine, volvió a rodearme con sus brazos. Acercó su boca a mi oído y dijo en un susurro, muy por lo bajo:

-Yo te voy ayudar. Siempre.

Cómo explicarte John el poder de esa simple frase. Cómo resumir en metáforas estúpidas o explicaciones superficiales lo que sentí cuando sus palabras llegaron a lo más hondo de mí, salvándome.

Tanta magia no se puede explicar.

Matt.

Cartas de verano ("Historias de estaciones" tomo III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora