Carta 28

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John:

Aquí es la parte en donde las cosas se ponen duras.

Porque esa noche llegué a casa sintiéndome más valiente de lo normal. Ahora sabía lo que debía saber, ahora entendía que alguien cubría mis espaldas y eso me bastaba para saltar al abismo.

Así que cuando entré a casa y ví a mamá preparando la cena y a vos tirado en el sillón tomando una cerveza simplemente no pude evitar correr hacia donde estabas y tirar la botella contra el piso, haciéndola estallar en miles de pedazos.

La casa se quedó quitar por unos segundos. Mamá dejó la comida para mirarnos, vos observabas fijamente la cerveza espacirda por el suelo y yo esperaba.

Entonces levantaste tu mirada hacia mí y tus ojos se llenaron de odio. Yo lo vi. Fue como una hoguera que ardía dentro tuyo.

-¡Hijo de puta!- gritaste y te tiraste sobre mi.

Estabas como loco. Me empujaste contra la pared mientras tratabas de sujetar mis brazos al mismo tiempo que me golpeaba con tu propia cabeza. Evadí la mayoría de los golpes pero estaba atrapado. Usé toda mi fuerza para sacarte de encima y lanzarte contra el sillón de nuevo.

-Hoy no.- te dije.

Fui hasta la cocina y agarré a mamá de la mano, dirigiéndola hacia mi pieza. Nos encerré a los dos ahí.

-¿Qué está pasando?- me preguntó ella.

-Nos vamos.

Comencé a empacar mis cosas rápidamente mientras del otro lado vos golpeabas sin parar la puerta, amenazando a gritos.

-¿De qué hablas? ¿Adonde vamos a ir?

-Lejos de acá.

-Matt... no podemos...

-Si podemos.

-Pero...

Detuve mi trabajo y la miré. En aquel momento ella estaba tan triste...Sumida en una profunda desesperación, presa de su propia nostalgia.

-Mamá...Dijiste que íbamos a luchar juntos.

Mi voz se iba quebrando poco a poco. Pensé en llorar y me sentía tremendamente abandonado, pero descarté ambas ideas para poder dedicarme de lleno a mirarla como nunca antes lo había hecho.

Entonces ella susurró algo. Nunca me lo voy a sacar de la cabeza. Tenía los ojos oscuros, penetrantes, tristes.

-Tengo que salvarlo de sí mismo.

Fue todo lo que dijo. Su última sentencia.

Luego caminó hacia la puerta y la abrió.

Matt.

Cartas de verano ("Historias de estaciones" tomo III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora