Frederick
No tengo ni la menor idea de porque insulte a Liz, no me di cuenta de mis palabras hasta después de decirlas. Su golpe me ha dolido, no pensé que una chica pudiera tener esa fuerza. Su mirada al decirme sus palabras me bastaron para entender que me había equivocado. Una por enojarme con ella cuando no estoy enamorado y dos porque sus amigas me contaron que Christopher no tenía nada con ella.Tener que disculparme me es difícil. Tal vez por eso me he metido en varios problemas. Obstante, esta vez era diferente. Si algo estaba conociendo de esta chica era que se enojaba según el nivel de importancia del problema. Yo la había tratado como una cualquiera y supongo que es grave. Para mi mala suerte es un problema que debo solucionar lo antes posible antes de que mi problema sea más grande...
Es por eso que pase la tarde entera pensando en como disculparme con una chica. Comprarle un regalo no se si deba ya que no se que esperar de Liz. Nunca pensé que me iba a negar un beso ni que fuera a enojarse por comentarle algo. Como ese día en la heladería, intenté coquetear con ella y lo único que recibí fue lograr que ellas se pusiera a la defensiva. O cuando leí su poema. Su cara de mal humor se pudiera haber notado a diez mi millas de distancia.
...
Salí a tomar un poco de aire después de discutir otra vez con mi padre.
El cielo torna un color más oscuro. Los niños ya no se ven en la plaza, el sonidos de los grillos abundan el ambiente, algunos grupos de adolescentes toman prescencia cerca de los clubes y algunos viejos fuman fuera de un bar. Observo todo con detenimiento pero mi mirada cae en una muchacha de cabello castaño que camina hacia una biblioteca. Sin dudarlo aparco a dos cuadras del lugar para seguirla. Su forma de caminar de manera apresurada me hace saber que es Liz.
Me detengo fuera del local para observarla. Su ojos se clavan en las portadas de los primeros libros. Puedo ver que tiene el ceño fruncido y sus cachetes están algo enrojecidos. Toma un libro y lo lleva al chico que esta detrás de la caja para comprarlo. El chico moreno le sonríe y le entrega el libro en una bolsa con el logo de la tienda, ella sin decir nada, se larga del lugar con la cabeza gacha.
Antes de que de un paso más la tomó por los brazos. Ella se da vuelta inmediatamente, asombrada. Sin embargo, vuelve a su ceño fruncido después de unos segundos.
—Lo siento —digo mirándola a los ojos. Su ceño fruncido sigue intacto.
—Me alegro — su comentario lleno de sarcasmo brota con una risa seca al tiempo que se libera de mi agarre.
—Estoy siendo completamente sincero contigo.
—¿En serio pensaste eso de mi?
—Si. Pero cualquiera pensaría eso, es predecible.
El color de sus mejillas es más intenso que antes. ¿Dije algo malo?
—No. No es predecible cuando conoces a esa persona. Tu sabías que me gustaba, también sabías que nunca había tenido novio ni nada y me trataste como una cualquiera. Yo...No lo besé porque no sentí nada por él, porque no me dejaría besar sino es por amor. ¿Lo entiendes? Yo no soy como tú crees.
Su confesión me toma por sorpresa y escucharlo de su boca es agradable. De repente, me olvido por completo sobre lo que estamos discutiendo. Sus labios reclaman mi atención y me pregunto qué pasaría con el color rojo de sus mejillas si tan solo...
Me acerco y sin medir mis consecuencias la beso. Sus labios chocan con los míos y por primera vez me siento perplejo, tranquilo, no hay movimiento alrededor de nosotros, no percibo el sonido de los autos y tampoco el de las puertas de las tiendas. Es como estar ciego y sordo, sólo puedo valerme de este beso.
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~Sentimientos ocultos~
Novela JuvenilLiz , una adolescente de 16 años, quien dice estar enamorada de Christopher Cooper, un chico que no sabe de su existencia. Ella se pregunta todos los días por qué sigue insistiendo en algo que nunca pasará, pero vamos, todos hemos tenido un chico al...