¿Y si le destrozo el corazón? No es que me importe pero aguantar la mirada asesina de Liz no sería para nada lindo, y verla triste tampoco. Por otra parte tal vez lo nuestro no funcione y así le ahorraría dolor.
Con sólo pensar en eso mi estómago se revuelve. ¿Acaso es que me importa? Se supone que no tendría que sentir nada por ella.
Muchas veces he pensado en huir de esta ciudad así no tendría que cumplir órdenes para ser afecto de alguien. Lamentablemente tengo que terminar la preparatoria donde todos parecen ser imbéciles con complejo de superioridad. Algunos podrían ser la excepción, por ejemplo, Liz. Ella no intenta aparentar nada. Sólo la ves caminando por los pasillos de la escuela cargando sus libros, sin nada de maquillaje pero con sus mejillas que se tiñen generalmente en un rojo fuego...—¿Qué te pasa? —La pregunta de Charlie me saca de mi ensimismamiento.
—Nada.
—¿Cómo que "nada"? Estas callado. ¿Es por la golpe que te dio Liz el otro día? Si es así no te preocupes, es una actitud normal en ella.
No le había contado nada a Charlie sobre el beso y tampoco sobre nuestro encuentro donde aceptó sus sentimientos hacia mi. Tampoco quería hablarle con él, salía con una de sus amigas. Sería estúpido de mi parte, y por otro lado no contaría ese tipo de cosas que se convierten en conversaciones vergonzosas como las que tienen las chicas.
¿Le habría contado ella a sus amigas sobre lo ocurrido?
—No, no es por eso. Tengo sueño. Tuve que ayudar a mi querido padre con algunos temas de su trabajo.
—¡Qué mal! —exclama chasqueando la lengua. —¿En serio quieres seguir sus pasos? Quiero decir, si te gusta esa carrera para estudiar.
—No lo sé. —respondo vagamente. No tenía ganas de hablar sobre lo que pensaba de "seguir los pasos de mi padre".
...
Tome mi teléfono y marque al número de Liz. Después de nuestro encuentro no la volví a ver, pensé que tal vez ella esperaba que yo la llamara o no quería volver verme porque le resultaría raro.
Me contestó al tercer tono de llamada.
—¿Hola? —su voz denotaba cansancio. Busqué con la mirada el reloj de pared. Eran las tres a.m. No era tan tarde o por lo menos para mi.
—Lizzy, ¿Qué tal va todo?
—ah, Frederick, eres tú. Todo va bien ¿por qué llamas a estas horas de la madrugada?
—¿Quieres ir al cine mañana conmigo? —pregunto para no darle vueltas al asunto.
—eh si, ¿pero podrías contestarme algo?
—Ya lo estoy haciendo pero si.
—Bien, ¿Qué quieres conmigo Frederick?
No pase desapercibido que lo que me estaba preguntando era serio.
—Quiero salir contigo. —respondí seguro.
—¿Entonces no te molestará hablar con mi padre y pedirle permiso? Es que no sé como se lo tomará.
¡¿Su padre?! ¿Enfrentarme a su padre? Nunca pase por una situación así, ni en mis noviazgos anteriores.
Paso mi mano por mi rostro frustrado.
—Claro, no hay problema. Nos vemos mañana. Buenas noches...
—Buenas noches —le escucho decir desde el otro lado del celular.
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~Sentimientos ocultos~
Ficção AdolescenteLiz , una adolescente de 16 años, quien dice estar enamorada de Christopher Cooper, un chico que no sabe de su existencia. Ella se pregunta todos los días por qué sigue insistiendo en algo que nunca pasará, pero vamos, todos hemos tenido un chico al...