Capítulo 1. El encuentro

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Esta obra en todos sus capítulos contiene lenguaje adulto, narraciones de sexo, sexo bizarro, sexo guarro y algunas pueden herir la sensibilidad del lector. Toda la historia, los hechos, los personajes y lugares son de invención propia.
Sólo para mayores de 18 años. Escrito originalmente por Nykocalleja.
Foto de portada: Nykocalleja.

Allí estaba yo, en la gasolinera, esperando al chico con el que había quedado. Habíamos hablado un par de veces por chat e intercambiado algunas fotos.
Esa tarde, como todas las tardes, tenía dos opciónes, la primera era ver a mi novio matar marcianitos o cualquier cosa, que saliera de aquella pantalla, volviéndome loca al escuchar el puto click del ratón; o salir a descubrir "mundo". Mi coño se había vuelto uno de los mas vistos de la red, simplemente tonteando, ahora tocaba hacer de guarrilla en persona.

Así que allí estaba, con camisa blanca y vaqueros, recién duchada, perfumada y maquillada. El coño me lo había depilado entero, por si acaso.

Al poco llego el chico en su coche rojo. No me dijo su nombre, tampoco yo se lo pregunté, ni le dije mi nombre real.
Era medianamente guapo: rubio, ojos marrones, delgado, 26 años -cuatro menos que yo-. Pero casi no le podía mirar a la cara, soy muy cortada para encuentros y charlas, sobre todo charlas, porque a ver que coño le contaba yo a este.

Después de un "hola" y dos besos, me senté en el asiento del copiloto y la pregunta fue: ¿A dónde vamos?, Yo no tenia ni puta idea. ¿Café o sexo?. No lo dejamos claro en nuestras breves charlas.
Después de varias vueltas tontas en el coche contándole mi patética vida, quizás intentando excusarme de lo que estaba haciendo, me confesó que tenia novia, cosa que había omitido hasta entonces, quizás lo dijera para aliviar mi sentimiento de culpabilidad, estando a punto de poner un buen par de cuernos.

Estaba cansada de perder mi lujoso tiempo en ese coche paseando sin sentido y se lo pregunté claramente:

- ¿Qué quieres?, ¿Bar o descampado?
- descampado

Pues ala, allí fuimos.
En los asientos traseros, resoplé para tranquilizarme y nos besamos. Mi mano fue bajando de su cuello hasta llegar a su entrepierna, su erección se notaba bastante bien, de la entrepierna hasta llegar casi a su cadera su polla atrapada entre sus pantalones pedía auxilio para que la sacaran de allí y así hice. Le quité el botón, le baje la cremallera y se la saqué. Dejé de besarle y me metí en la boca lo que había rescatado: Un precioso pollon de 21cm. No es que me quedara mirando fijamente cada milímetro de su polla, ya que, ese dia ni la miré, directamente me la metí en la boca, le lamia despacito desde abajo hasta arriba y luego con mis labios bajaba y subía, olía a suavizante de ropa, supongo que de los calzoncillos recién puestos. Mi novio no era muy amigo del aseo personal y al olerle la polla a limpio a este chico se la comí con gusto.
Me lamió el coño y sin avisos ni para él ni para mi, me corrí en su boca. No me esperaba que fuera a pasar eso, su lengua de arriba a bajo por mi clítoris silenciosamente, húmeda, caliente...
Me metió su polla por el coño, un par de metidas y la saco para correrse en mi barriga.

Llegue a mi casa como si me hubisen dado un fuerte golpe en la cabeza: Mi mente en blanco con solo un sola pregunta: ¿Qué coño he estado haciendo yo con mi novio todo este tiempo?Lo que había sentido con este chico no lo sentí nunca, ¡eso er...

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Llegue a mi casa como si me hubisen dado un fuerte golpe en la cabeza: Mi mente en blanco con solo un sola pregunta: ¿Qué coño he estado haciendo yo con mi novio todo este tiempo?
Lo que había sentido con este chico no lo sentí nunca, ¡eso era sexo! Lo otro era un aperitivo sin sal y sin sabor.

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Sin cubo no hay paraiso (+18) Actualizada Y CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora