Capítulo 2: Besos.

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Al ver que no me movía, Cindy me tomó de la mano y comenzó a caminar hacia aquellos hombres, sin escuchar mis objeciones.

-¡Hola Chicos! ¿Podemos sentarnos con ustedes?-Le dice la rubia con una sonrisa coqueta.-

-Claro, Guapas.-Dice el moreno. Y le hace un lugar a Cindy, mientras que yo me siento con el otro moreno de ojos azules que no deja de mirarme.-

>Me llamo John. ¿Y ustedes, Señoritas?-Pregunta el moreno.-

-Yo soy Cindy y ella es Elizabeth, pero le decimos Lizzy. ¿No es guapa?-Dice mi rubia amiga. Ambos hombres asienten.-

-Un gusto conocerlas, Hermosuras. ¿Desean tomar algo?-Pregunta John.-

-Si, un Cosmopolitan. Lizzy ¿Tu igual?-Me pregunta y asiento. El moreno llama a un mozo para que tomen el pedido. Ellos pedirían 2 tequilas.-

-Elizabeth es un nombre hermoso. Soy Chris.-Me dice el hombre a un lado mío. Le sonrío.-

Su voz es aterciopelada, sus ojos eran los más hermosos que había visto. Llevaba puesto una camisa blanca que marcaba su buen cuerpo, unos pantalones negros y la corbata junto con e saco, estaban a un lado en otra silla.

-Un gusto conocerte, Chris.-Le digo avergonzada. Me ponía nerviosa con solo estar a su lado. Él me regaló una sonrisa.-

-El gusto es mío, Lizzy.-Me contesta sonriendo.-

Después de hablar y beber con ellos, Cindy se encontraba sentada en las piernas de John, mientras este le acariciaba las piernas. Mientras que con Chris, solo hablábamos.

-¿Quieres bailar?-Me pregunta el ojiazul con una sonrisa.-

-Claro, me encantaría.-Le digo sonriendo.-

Ambos nos levantamos y caminamos hasta la pista. Una canción lenta sonaba en ese momento, Chris me tomó de la cintura mientras que yo puse mis manos en su cuello, coloqué delicadamente mi cabeza en su pecho. Ambos nos movíamos lentamente al ritmo de la música.

-Eres muy Bella, Elizabeth.-Me dice el moreno.-

Levanto mi mirada para agradecerle, cuando siento sus labios en los míos. ¡Estaba besándome!

No pude resistirme, no soy de hierro. Pasé mis manos por su ello para atraerlo hacia mí y profundizar el beso. Abro la boca para dejar acceso a su lengua, quien se enrosca con la mía. De pronto, siento el frío de la pared contra mi espalda, Chris me toma de los muslos y enredo mis piernas en su cintura. Chris corta el beso, para comenzar a besar mi cuello.

Vuelve a besarme, pero de una forma salvaje y posesiva, puedo sentir su erección chocar contra mi intimidad, suelto un gemido ante esto. Coloco mis manos en su camisa, para tratar de desabotonarla y quitársela. Escucho el sonido del zíper de su pantalón, abro los ojos dándome cuenta de lo que estaba por pasar.

-Lo-Lo siento. No soy así, no sé que me pasó.-Le digo cuando me bajo de él. Me despido y salgo de allí como alma que lleva el diablo. Seguro me debe estar odiando.-

Maldigo y camino hasta mi auto, antes de arrancar, le mando un mensaje a Cindy, anunciando mi partida. Cuando llego a mi casa, dejo mis zapatos en la entrada y sin pensarlo mucho, camino hasta mi habitación para dejarme caer en la cama y caer dormida.

El sol entra por la ventana, tocando mi rostro. Abro los ojos y los vuelvo a cerrar debido a la luz, intenté levantarme pero al hacerlo muy rápido, un dolor agudo en mi cabeza empezó a esparcirse.

-Maldita resaca.-Digo gruñendo. Bucky solo mira y no ladra, sabe como me siento.-

Me levanté, entré a ducharme, al salir, me coloqué ropa cómoda y un sweater color rosa. Caminé hasta la cocina con Bucky detrás, ambos teníamos hambre. Saqué os ingredientes para hacer unos waffles, cuando suena mi celular.

-¿Hola?-Digo lentamente. Maldito dolor de cabeza.-

-Buenos Días. ¿Hablo con la señorita Elizabeth Wood?-Dice una voz femenina del otro lado de la línea.-

-Si, ella habla.-Le contesto tomando un sorbo de jugo.-

-Hola Señorita Wood. Le hablamos desde la empresa Smith Corporation, Quería informarle que el próximo día Lunes 12 a las 15hs, tiene una entrevista en nuestras instalaciones. El puesto a cubrir era, Secretaria. ¿Usted podría acercarse?-Me informa la mujer. Me quedo estática.-

¿Me habían llamado de un trabajo? ¡Si! ¡Gracias Dios!

-Si, si Claro. Dígame dirección y estoy allí sin falta.-Le digo emocionada.-

-Perfecto. Anote, Calle Independencia 1009. Sea puntual.-Me dice la mujer.-

-Claro, Muchas Gracias. Adiós.-Le digo y cuelgo.-

Grité de la emoción y me puse a saltar por todo el lugar, pero un mareo y un dolor agudo en mi cabeza me hicieron parar.

-Cierto, la resaca.-Digo en un gemido de dolor.-

EL JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora