Capítulo 18: Tranquilidad.

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La luz del sol, entraba por la ventana, tocando mis ojos, obligándome a despertarme. Tapo con mi mano, mi rostro y gruño cansada. Abro los ojos, tratándome de acostumbrándome a la luz. Tomo mi celular para ver la hora.

¿¡Las 9.10 Am!?

¡Es tardísimo!

Intento levantarme de la cama, pero unos brazos fuertes, impiden que me mueva. Confundida, miro hacia un costado, revelado el rostro pícaro de Christian.

-Buenos días, Nena.-Dice con voz ronca.-

-Buenos Días, Chris. Es tarde, tenemos que ir a trabajar.-Le digo con una mueca. Este niega y me atrae hacia él para abrazarme.-

-Tranquila Cariño. Llamé temprano a la empresa y le dije que no iría a trabajar, porque estaría con mi novia.-Dice con una sonrisa.-

-¿Y yo qué? ¿Estoy pintada en toda esta trama?-Le digo resoplando.-

-No Cielo. Le dije lo mismo.-Dice tranquilo.-

-¿Qué cosa?-Pregunto confundida.-

-Que estarías con tu novio.-Dice simple.-

-¿!Qué tu hiciste qué!?-Grito alterada.-

¿Es idiota o está estudiando? 

Creo que lo primero.

-Lo que has oído, Cielo. ¿Acaso no eres mi novia y yo tu novio?-Me mira fijamente.-

-Si, pero...-Me interrumpe.-

-¡Listo! Asunto arreglado. Además...Soy El Jefe, Cariño. Hacen lo que yo diga y como lo diga.-Dice egocéntrico.-

-Bien, como digas "Jefe".-Digo soltando una risita.-

Christian se sube encima de mí y besa mis labios cariñosamente. Comenzó a besar mi cuello, una de sus manos se adentra debajo de mi blusa, traviesamente. Con una sonrisa, lo aparto de un empujón.

-Tengo que ir a ducharme, Cielo.-Digo burlona.-Y no quiero que me molestes.-

Sin más, me levanto de un salto de la cama y camino rápidamente al baño. Entro, cierro la puerta y me dispongo a quitarme la ropa, para luego entrar en la ducha. Abro el grifo, dejando caer el agua, espero a que se caliente. Cuando veo que el humo sale, me meto en ella, suspirando, por lo bien que se siente el agua caliente. Siento como mis músculos se relajan.

Cierro los ojos, dejando caer el agua caliente sobre mi rostro. Una ducha en la mañana, relaja el cuerpo y la mente.

Unas manos en mi cintura me sobresaltan.

-¿Qué haces, pervertido?-Le digo a Christian, que me mira con una sonrisa socarrona.-

-Solo tomo una ducha.-Dice inocente.-Hay que cuidar el agua.-

EL JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora