Quién diría que el atractivo hombre con el que te besaste en un antro, sería tu jefe al día siguiente.
Elizabeth Wood, una jóven, que tras una salida de amigas, se topa con un atractivo hombre. Pero sin saber, que aquel hombre, sería su perdición.
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Ya habían pasado 3 días de nuestra llegada a Miami. No tuve tiempo para salir a recorrer la ciudad, había mucho trabajo. Conferencias, entrevistas, reuniones, y demás cosas. Estaba tan cansada, no había podido dormir bien. Hoy, teníamos una cena de negocios, con varios inversionistas importantes, según dijo Chris.
La cena era a las 20 hs PM. Ya eran las 6.30 hs. Me entré rápido a duchar, para poder empezar a cambiarme. Cuando salí, me coloqué la ropa interior negra de encaje y me puse el vestido. Era Negro, con un tajo en la pierna, me lo había regalado Cindy en mi cumpleaños.
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Me coloqué los zapatos negros de plataforma, que me hacían ver más alta. Caminé hasta la maleta y saqué el secador de cabello, para poder secarlo y dejarlo suelto. Cuando termino, me comienzo a maquillar, coloco sobras y demás, por último un color rojo pasión en mis labios. Me miré en el espejo y sonreí.
¡Estaba Preciosa!
Me coloqué un poco de perfume y tomé un pequeño bolso, donde pondría mi celular, billetera con documentos y la agenda donde tengo anotado todo de mi jefe.
Me senté en la cama y esperé hasta que Chris se digne a venir a buscarme. Pasaron unos minutos, cuando golpean a la puerta. Suspiro, tomo mi bolso y camino hasta la puerta, la abro y veo a Chris con un traje que le queda de infarto. Me mira sorprendido de arriba abajo, sus ojos parar en mi escote. Enarco una ceja cruzándome de brazos en su dirección, este se aclara la garganta.
-Te ves...Encantadora.-Dice en un susurro, sin dejar de mirarme.-
-Gracias, Señor. Usted también se ve muy guapo.-Le digo con una pequeña sonrisa.-
Me sonríe, tiende su mano y la tomo. Ambos comenzamos a caminar fuera del hotel. Subimos a una camioneta negra, este me ayuda a subir como todo un caballero. Llegamos frente a un restaurante lujoso, bajamos, Chris también me ayuda a bajar, le sonrío y caminamos hacia la entrada.
-Christian Smith.-Dice serio, la recepcionista nos sonríe y asiente.-
La mujer nos llevó hasta la mesa, donde varios de los inversionistas ya nos estaban esperando. Saludamos a todos, me siento junto a una chica rubia muy bonita. Sentía varias miradas de los inversionistas en mí, de reojo pude ver como Chris se tensaba, parecía irritado.
