Ya había pasado una semana desde nuestro viaje a Miami. En todo este tiempo, Christian no me ha dirigido la palabra, solo por trabajo.
No sé qué rayos le pasa. Unos días esta bien y a los otro esta que lo lleva el diablo.
Si no fuera porque necesito el dinero, ya hubiese renunciado.
Hoy era viernes, habían pasado unas horas y ya quería irme a mi casa. Christian estaba con un humor de perro, cualquier cosa que hacía estaba mal, ya no soportaba. Cuando estoy por irme a almorzar, una voz chillona me detiene.
-¿Se encuentra el Señor Smith? ¡Dígale que soy Katy!-Me dice la mujer rubia, delgada y con unos pechos enormes.-
Seguro son operados.
-Disculpe Señorita, el Señor Smith no esta dispo...-La voz de Christian me interrumpe.-
-Aquí estoy, Katy. La próxima vez que alguien pregunte por mí, fíjese si estoy.-Me dice de mala manera el moreno.-
-Si Señor.-Digo entre dientes. Estaba furiosa. La mujer rubia me mira con una sonrisa triunfante, mientras entra del brazo de Christian a su despacho.-
-Maldito hijo de...-Estaba maldiciendo, cuando una voz llama mi atención.-
-¡Por Dios, Lizzy! ¿Dónde está tu bella sonrisa? ¿Porqué tan seria?-Me dice Tom, apoyándose en mi escritorio. Me causa gracia lo que había dicho,. Tom sonríe cuando escucha mi risa.-
>¡Eso es! ¡Ríete!-Dice Tom aplaudiendo.-
-Gracias Tom. Lo necesitaba. ¿Qué puedo hacer por ti?-Le digo con una sonrisa.-
-¿Me puedes ayudar, aceptando ir a almorzar conmigo?-Me dice suplicante.-
En ese momento, Christian sale de su despacho con la rubia oxigenada colgada de su brazo. Al verme, su mirada se asombrese. Parece furioso por la presencia de Tom en mi oficina.-
-Claro que acepto ir contigo.-Le digo con una sonrisa.-
Tom sonríe feliz, recojo mis cosas y salgo del brazo del hombre para tomar el ascensor. Por encima de mi hombro, puedo ver la mirada furiosa que tiene Christian sobre nosotros.
Llegamos al restaurante que está cerca de la empresa, un mesero nos lleva hasta una mesa libre y espera nuestra orden.
-¿Qué quieres comer, Cariño?-Dice Tom, mirándome.-
-Lo mismo que pidas tú.-Le digo sonriendo, este asiente.-
-2 filetes con arroz con vegetales. Y para beber...¿Quieres agua? Ahora no podemos tomar vino.-Me dice sonriendo gracioso. Asiento riendo.-
Cuando Tom termina de pedir nuestra comida, Se gira para mirarme con una sonrisa. Levanto la vista, cuando veo entrar a Christian con la rubia oxigenada, nuestras miradas se encuentran y la suya se vuelve fría.
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EL JEFE
RomanceQuién diría que el atractivo hombre con el que te besaste en un antro, sería tu jefe al día siguiente. Elizabeth Wood, una jóven, que tras una salida de amigas, se topa con un atractivo hombre. Pero sin saber, que aquel hombre, sería su perdición. ...