Narra Elizabeth:
Ya ha pasado un mes desde que no lo veo. Ahora, estoy mucho mejor. Aunque siempre tengo un vacío en mi corazón.
He viajado a Barcelona en España, para vivir un tiempo con mis padres. No quería quedarme en aquel apartamento reviviendo recuerdo o con la posibilidad de cruzármelo.
Cuando hablé con mi madre de lo sucedido, ella me dio el sí de vivir con ellos. Le dije a mi amiga que se ocupe de mi apartamento y que no le diga nada a nadie de mi destino, excepto a Michelle.
Y aquí estoy, viviendo en un pueblo de Barcelona, trabajando con mi padre en la Librería.
Todo es más tranquilo aquí, nada en comparación con Nueva York.
-¡Hija! ¡Baja a desayunar que llegas tarde al trabajo!-El grito de mi madre, me saca de mis pensamientos.-
Miro por última vez el cielo desde el balcón y entro a mi habitación. Me pongo algo cómodo, sonrío ante el espejo. Camino tranquila hasta la cocina, dónde estaba mi madre poniendo el desayuno sobre la mesa.
-Buenos días.-Saludo con un beso en la mejilla a mis padres.-
-Hola Princesa.-Dice mi padre y sigue leyendo el periódico. Mi madre me da una sonrisa y sirve café.-
Desayunamos tranquilamente, mientras hablamos de lo que hay que hacer en el día. Cuando terminamos, me levanto, diciéndole a mi padre, que se quede un rato más con mi madre, que abriré yo la librería.
Me despido de ellos y comienzo a caminar hasta la librería, que queda relativamente cerca de nuestra casa.
Al llegar, entro, dejando mis cosas en la parte de atrás, vuelvo y acomodo algunos libros nuevos para los clientes.
El tiempo pasa volando. Un par de personas entran a la tienda para hacer sus respectivas compras. Saludo a algunas que conozco y a otras por amabilidad. La tarde cae, siento que ya estoy cansada. Miro mi celular, cuando escucho la campana, anunciando un nuevo cliente.
Sigo jugando a Candy Crush, viendo de reojo que el chico, fue hasta la sección de Misterios. Escucho sus pasos viniendo hacia mí, por lo que apago mi celular y preparo una bolsa.
-¡Hola! Me llevaré esto.-Dice una voz varonil. Levanto la vista, encontrándome con el extraño que choqué en Nueva York, el día de incidente.-
-¡Tu!-Le digo asombrada.-
-¡Hey! Hola. ¿Cómo estás, extraña?-Dice riendo, a lo que lo imito.-
-Bien. ¿Y tu?-Le digo amable.-
-Excelente. Ahora que ya nos conocemos... ¿Me dirás tu nombre?-Dice coqueto, río negando.-
-Soy Elizabeth Wood, extraño.-Le digo sonriendo. El chico al escuchar mi nombre, abre los ojos sorprendido. Este se queda mirándome estupefacto, llevo una mano a su rostro y la muevo frente a él.-
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EL JEFE
RomansQuién diría que el atractivo hombre con el que te besaste en un antro, sería tu jefe al día siguiente. Elizabeth Wood, una jóven, que tras una salida de amigas, se topa con un atractivo hombre. Pero sin saber, que aquel hombre, sería su perdición. ...