La semana había pasado muy rápido. Hoy era lunes, me había levantado temprano para poder prepararme, un día antes ya tenía toda la ropa y las cosas que tenía que llevar.
Salgo de la ducha y camino hasta donde tenía preparado el conjunto que iba a ponerme, un vestido rosa pastel ajustado de la parte de arriba y suelto abajo, unos zapatos del mismo color y un maquillaje ligero pero bonito.
Las 14:15 marcaba el reloj. Cojo mis cosas, le dejo comida a Bucky y salgo hacia mi auto. Pasaron unos 20 minutos, llego a la dirección que la chica me había dado, un edificio gigantesco con las letras Smith Corporation, se alzaba.
Estaciono el auto, bajo cogiendo mi bolso y la carpeta con mis papeles. Camino dentro de la empresa, dentro todo es lujoso, miro hacia todos lados y diviso un mostrador con la palabra Información en él, camino hasta allí.
Una chica de cabellos castaños y sonrisa encantadora, me recibe.
-¡Hola! Soy Michelle Ross. ¿En que puedo ayudarte?-Me dice sonriendo.-
-Un gusto, Soy Elizabeth Wood. Tengo una entrevista a las 15hs.-Le digo. Ella asiente y comienza a teclear algo en el ordenador.-
-Perfecto. Señorita Wood, tiene que subir al piso 60. Allí la recibirán.-Me dice la morena.-
-Muchas Gracias, Michelle.-Le digo sonriendo y me alejo.-
Voy hasta el ascensor y tecleo e botón para pedirlo. El ascensor llega, me subo con otras personas, as puertas se cierran y comienza a subir.
En el piso 32, varias personas se bajan dejándome totalmente sola. Cuando las puertas se van a cerrar, una mano aparece y las vuelve a abrir. Un hombre joven, alto y guapo entra, llevaba un traje azul oscuro que le marcaba en todas partes, dejando a la vista, su escultural cuerpo.
El me ve y sonríe, le sonrío en respuesta. Ninguno dice alguna palabra, en el siguiente piso suben 2 hombres, haciendo que nos hagamos hacia atrás. En el piso 50 bajan, empujándome en el acto y asiéndome golpear al otro hombre que tenía a mi lado.
-Disculpe, no quería empujarlo.-Le digo apenada.-
-No pasa nada, Señorita. No fue su culpa, esos idiotas la empujaron sin siquiera disculparse. ¿Usted está bien?-Me pregunta y asiento.-
-Si, Gracias. Estoy bien señor.-Le respondo con una pequeña sonrisa.-
-Por cierto, soy Tom Cooper. Un placer.-Se presenta, tendiéndome a mano.-
-Elizabeth Wood, un placer conocerlo, Señor Cooper.-Le digo sonriendo, aceptando su mano.-
-Solo dime Tom. Señor Cooper me hace sentir viejo.-Me dice riendo y asiento.-El placer es mío, Lizzy. ¿Puedo decirte así?-Me dice sonriendo tímido.-
-Si, Claro. No hay problema.-Le respondo.-
-Bueno, Lizzy. Tengo que bajarme en el próximo piso. Fue un placer.-Me dice Tom sonriéndome.-
-Adiós.-Le digo cuando la puerta se abre y él baja.-
Unos minutos pasan y las puertas se abren en el último piso, que era en el que tenía que bajarme. Bajo y camino hasta la asistente que estaba tecleando cosas en el ordenador.
-Un gusto, tenía una entrevista.-Le digo y ella me mira con cara de pocos amigos.-
-Espere a que la llame.-Me dice seria y sigue tecleando cosas.-
Ruedo los ojos y camino hasta los sillones para poder sentarme. Tomo una de as revistas y me pongo a verla hasta que me llamen.
-Wood.-Me llama la mujer.-
La miro y asiento, dejo la revista con las demás, me levanto y camino, siguiéndola. La mujer se detiene frente a una puerta de color blanca.
-Es aquí. El señor Smith la espera.-Me informa y se marcha dejándome sola.-
Suspiro, estaba nerviosa. Abro la puerta, camino hasta dentro despacio admirando el interior del despacho. Todo era moderno y estaba finamente acomodado, un olor a limón reinaba por el lugar. Un gran ventanal adornaba detrás del escritorio, dejando ver la hermosa ciudad de Nueva York.
Camino lentamente para acercarme al escritorio. Cuando por fin miro detrás del escritorio, unos ojos azules conocidos me analizan de arriba a bajo.
No podía creerlo...
-¿¡TU!?-Digo sorprendida. El hombre me sonríe y saluda con la mano.-
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EL JEFE
RomansaQuién diría que el atractivo hombre con el que te besaste en un antro, sería tu jefe al día siguiente. Elizabeth Wood, una jóven, que tras una salida de amigas, se topa con un atractivo hombre. Pero sin saber, que aquel hombre, sería su perdición. ...