El despertador me hace despertar, gruñó cansada y estiro mi brazo para apagarlo. Cuando intento levantarme, unos brazos me aprietan, giro encontrándome con Christian dormido. Sonrío, beso todo su rostro y suelta una risa.
-Amor, levántate, ya tenemos que irnos a trabajar.-Digo bostezando.-
-No, un ratito más.-Dice como niño chico y vuelve a cerrar sus ojos.-
-Llegaremos tarde, flojo. Son las...-Miro el reloj en la mesita de luz.-6.30 Am.-
Este gruñe frustrado, se levanta con los ojos cerrados y así camina hasta el baño.
En este tiempo pasaron muchas cosas. Pero la más importante, es que hace un mes me mudé con Christian. Trajimos todas mis cosas a la casa de Christian, hasta hemos traído a Bucky, quién se adaptó rápidamente al nuevo ambiente.
Me levanto de la cama para buscar el outfit que me pondría el día de hoy. Camino lentamente hasta el closet y saco un vestido negro acampanado. La puerta del baño se abre, dejando ver a un Christian recién duchado con una toalla alrededor de su cintura.
-¿Disfrutando de la vista?-Dice burlón, mientras seca su cabello.-
-Tal Vez...-Digo mordiéndome el labio, pero giró rápidamente.-Pero ahora cámbiate, llegaremos tarde.-
-Qué mandona eres.-Dice resoplando.-
Ambos comenzamos a cambiarnos rápidamente. Él es el primero en terminar, sale de la habitación a preparar el desayuno. Cuando termino de alistarme, cojo mi bolso con mis cosas y salgo rumbo a la cocina.
Al llegar, veo a Christian sirviendo café con unas donas que habían sobrado de ayer.
-Te ves preciosa, Amor.-Me alaga el azabache, sonriéndome.-
-Gracias, Cielo.-Digo dándole un pequeño beso.-
-Aunque creo que ese vestido es muy corto y si te agachas...-
Comenzó con su posesión y celos.
-Cariño, deja tus celos de lado. Nadie va a verme nada, cálmate ya.-Digo sonriendo.-
-Lo siento, Mi vida. Intento controlar mis celos, pero no puedo cuando eres muy guapa y hay buitres acechando cada vez que me giro.-
-Solo has caso omiso a las miradas ajenas.-Digo restándole importancia.-Además, mi jefe es un Ogro y si me ve mal vestida, se enojará mucho.-
-Ya veo...-Dice siguiéndome el juego.-¿Y como es ese vil hombre?-
-Pues... Es Guapo, Romántico, Millonario, Inteligente y Muy Sexy, pero sobre todo...-Digo pasando mis manos por su cuello y él enrosca sus brazos en mi cintura.-Muy bueno en la cama.-Le susurro al oído.-
-Mmm... ¿Enserio?-Dice dando un beso en mi cuello.-Ya me estoy poniendo celoso de ese hombre tan guapo. Aunque... Ya sabía que era bueno en la cama.-Susurra en mi oído. Río, golpeándole el pecho.-
(...)
Como todos los días, al entrar a la empresa, Christian comienza a entrar en Modo Posesivo y me atrae hasta él, mostrando que era suya.
Estaba trabajando en unos documentos que Christian me había dado, estaba traduciendo desde hace horas. Llevó mis manos a mi cabeza suspirando del cansancio, mi estómago pide algo de comer, dejo de lado los papeles y me levanto dispuesta a ir hasta la cafetería a buscar algo.
Me encontraba en la sala de descanso viendo por el ventanal mientras pienso en todo lo que había pasado en estos meses. Me sobresalto al sentir unas manos en mi cintura, pensando que era Christian me dejo hacer, unos besos llegan a mi cuello, haciéndome cerrar los ojos.
-Hola Preciosa.-Dice una voz grabe.-
Ese no es Christian.
Me separo bruscamente de aquella persona, girando rápidamente viendo a Nicholas mirarme con una sonrisa pícara.
-¡Nicholas!-Digo en un hilo de voz.-¿Qué...? ¿Qué es lo que intentabas hacer?-Digo frunciendo el ceño. Este ríe y me da una mirada seductora.-
-Pues... Vengo a hacer negocios y... Decidí pasar a verte.-Dice acercándome cada vez más.-Y me recibiste muy bien, Hermosa.-
-No sabía que eras tú.-Digo en un gruñido, retrocediendo. Levanto una mano en su dirección, deteniendo su paso.-Ya no te acerques.-
-¿O qué? ¿Qué vas a hacer, Preciosa?-
-Te patearé los bajos si no me dejas ir, Nicholas.-Bramo comenzando a enojarme.-
Este ríe y se abalanza sobre mí, intenta tomar mis manos, pero lo pateo en la entrepierna, haciendo que jadeé de dolor. Corro hasta la salida, pero logra tomarme del brazo, estampándome contra un muro.
-Eres muy traviesa, Preciosa.-Dice en mi oído. Lleva su nariz hasta mi cabello aspirando mi aroma.-Eres tan Hermosa, tan Guapa...-Acaricia mi rostro-No sabes lo que quiero hacerte...-Baja sus manos hasta mis hombres e intenta bajar más, pero lo aparto.-
-¡Basta, Nicholas! ¡Aléjate o llamaré a seguridad!-Digo empujándolo.-¡Estoy comprometida ahora!-
-Así que es cierto... Te casarás con el Idiota de Christian.-Dice en un gruñido.-
-Si, es verdad. Ahora aléjate o gritaré.-Digo queriendo huir, cuando quiero golpearlo en los bajos de nuevo, este se cubre a tiempo, toma mis manos, colocándola sobre mi cabeza. Baja sus manos a mis muslos, tocándolos descaradamente. -
-¿Sabes que el que estés comprometida no me para?-Dice riendo.-De alguna u otra forma, te tendré en mi cama, Elizabeth.-Intenta besarme, pero volteo el rostro, se acerca a mi oído.-Voy a Follarte como nunca nadie lo ha hecho. Ni siquiera él... Voy a hacerlo tan fuerte que me suplicarás que me detenga. Pero no lo haré hasta acabar dentro de ti, Hermosa.-
Logro golpearlo de nuevo, pero toma mi cabello y me arroja contra una silla, haciendo que me siente de golpe. Gruñe furioso y camina hasta ponerse frente a mí.
-¡Déjame en Paz!-Digo intentando irme.-
-¡Cierra esa Bonita Boca, Preciosa!-Gruñe frustrado.-Más te vale no decir ninguna palabra de esto a nadie. Ni siquiera al Gilipollas de Christian, porque alguien terminará herido por tu estúpida culpa.-Dice tomando mi cabello con fuerza para que lo mire a lo ojos.-¿Has escuchado?-Me mira fijamente. Asiento con lágrimas en los ojos. Se acerca a besarme con brusquedad y luego se separa con una sonrisa.-Nos veremos pronto, Guapa.-
Se gira sobre sus talones y sale del lugar rápidamente. Suelto un sollozo, miro por el ventanal con lágrimas en los ojos.
¿Porqué a Mí?
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EL JEFE
RomanceQuién diría que el atractivo hombre con el que te besaste en un antro, sería tu jefe al día siguiente. Elizabeth Wood, una jóven, que tras una salida de amigas, se topa con un atractivo hombre. Pero sin saber, que aquel hombre, sería su perdición. ...