Quién diría que el atractivo hombre con el que te besaste en un antro, sería tu jefe al día siguiente.
Elizabeth Wood, una jóven, que tras una salida de amigas, se topa con un atractivo hombre. Pero sin saber, que aquel hombre, sería su perdición.
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"Dígale a su novio, que cuide a su noviecita"
Esa frase, reinaba constantemente por mi mente. Cuando me lo dijo, no sabía como reaccionar, me había quedado en Shock.
¿Cómo puede decir eso?
Un escalofrío recorre mi cuerpo al recordarlo y más, al recordad su hambrienta mirada. Eran tan excitante verlo así, con esa mirada psicópata.
¡Basta! ¡No puedes pensar de esa manera!
Entro a la empresa lo más relajada posible, saludo a Henry, el hombre de seguridad, este me sonríe amable y sigo caminando. Camino rápido hasta entrar al ascensor, detrás de mí, entró una manada de trabajadores.
Al llegar a mi puesto, veo sobre la mesa un gran ramo de rosas rojas. Sonrío, lo tomo y huelo, suspiro encantada. Inmediatamente, llamo a Tom.
-¡Hola Lizzy!-Dice Tom.-
-Hola Corazón. ¿Cómo estás?-Le digo, sonriendo.-
-Bien, Amor. ¿Y tu?-Me pregunta, sonrío mirando las rosas.-
-¡Feliz Amor! ¡Gracias por dármelas! ¡Están preciosas!-Le digo, emocionada. Escucho como se ríe del otro lado de la línea.-
-Me alegro que esté feliz. ¿Pero que te di?-Escucho como suena confundido.-
-Las rosas rojas, Cariño. Estén hermosas.-Le digo de forma obvia.-
-Amor, yo no te envié nada. ¿De que estás hablando?-Me dice desconcertado. Frunzo el ceño.-
-Cariño...Te llamo más tarde. Adiós.-Corto la llamada.-
Si Tom no me ha enviado estas flores. ¿Quién entonces?
Tomo el ramo para dejarlo en otra mesa. Veo como algo cae del él, cojo la pequeña tarjeta blanca con azul y la comienzo a leer.
Hola Preciosa. Espero que te gusten, son tan hermosas como tú. Quiero que me aceptes, porque me atraes mucho, Cariño.
ConAmor, CS.
¿Quién carajos es? Esta confesión me deja perpleja.
Me pongo a pensar mientras miro la tarjeta fijamente. Cuando leo CS, caigo en cuenta quien es.
Christian Smith.
Ese hijo de perra las envió, mi jefe envió esas flores. Tomo las flores y las arrojo al cesto de basura.
¿Por Qué no entiende? ¡No podemos ser nada!
No estaría bien visto que una secretaria salga con su jefe.
¡Además tengo novio!
Se que estoy sintiendo cosas por él, quisiera que estuviéramos como en aquel viaje, los 2 juntos, sin preocupaciones de por medio. Pero eso no puede pasar. Además, él estaba con esa rubia oxigenada.
