¿Simpática?

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Estaba sentado en mi sofá, un cómodo sofá y el que era el favorito de mi mamá, jugando playstation, cuando mi mamá me tocó el hombro.

-¿Cariño? Mira quien está aquí- me habló muy feliz. Voltee a verla y vi a una simpática chica.

-¿Bella?- me quedé asombrado al verla. ¿Qué hacía aquí? 

-¡Sí,Bella!- gritó mi madre y toco sus hombros- Pero mira que grande estas, no te veía hace bastante tiempo. Recuerdas Nick, cuando iban jugando y correteando por la casa. Tiempos aquellos- me habló emocionada. Mi mamá ama a Bella desde pequeña- Los dejo, permiso.

-¿Qué haces aquí?- le pregunté a aquella muchacha trigueña, que había venido por primera con un pantalón.

-¿Sólo preguntarás eso? Si tu no venías a mi casa, yo iría a la tuya- me gritó mirándome directamente a los ojos- Eres un flojo despreciable. Por cierto, que simpática está tu madre.

-Y tú eres una chica exagerada, no quise ir, no quiero hacer el trabajo- le dije, volviendo a mi juego. No le iba a hacer caso.

Pero por conocerla iba a hacer que me enojara. Se paró y desenchufó el televisor. Alcé los brazos y le grité:

-¡¿Estás loca?!

-Déjate de tonterías, ¿o quieres que le diga a tu mamá que su hijo consentido tiene malas notas en todos los cursos?- me dijo cerca a mi cara.

No se cómo, pero me puse nervioso. Verla cerca me puso muy nervioso.

-¡Ya, ya niña! Aléjate, o ¿quieres un beso? Ja ja ja ja- le dije mientras la agarré de la cara.

-¡Señora Est..!- le tapé la boca. Eso de  decirle a mi mamá sobre mis notas era verdad.

-Ya ya, Bella. ¡Dios, que espesa!- le grité. Luego me acerqué a la escalera y le grité a mi madre- ¡Mamá! ¡Iré con Bella a hacer un trabajo!

-¿Necesitas dinero, cariño?- preguntó mi madre

 -No ma', yo tengo- grité. Luego volví a ver a Bella y le dije: -Vámonos de aquí.

Su casa estaba no tan cerca, pero nos fuimos caminando. En el camino estábamos muy callados. Así que empecé la conversación:

-Así que Bella Smith Trahinor, ¿eh?. Mucho gusto, mi nombre es Nick Jackson- le dije mientras alzaba mi mano.

-Déjate de tonterías- me contestó. Me dejo con la mano alzada. ¡Me dejó con la mano alzada! Esa chica no era como las demás de eso estoy seguro- Mira ya llegamos- me dijo mientras señalaba  su  hermosa casa.

Abrió la reja y luego tocó el timbre. Su madre, doña Esperanza, nos abrió la puerta.

-¡Nick! ¡Pero que grande estás!- gritó aquella bella mujer.

-Gracias señora- le contesté mientras Bella y yo entrábamos a su casa. Era enorme, ya se me había olvidado lo hermosa que era. Su padre era el jefe de mi padre, por eso ella y yo fuimos amigos desde pequeños, hasta que dejé de hablarle.

-Iremos a la biblioteca- me dijo agarrando su mochila. Me quedé callado, sólo la seguí.

La biblioteca era enorme, casi parecida a la de la película "La Bella y la bestia". 

-¿Has leído todos estos libros?- le pregunté mientras daba vueltas mirando cada rincón de la biblioteca.

-Me falta el 40%- me respondió. Me quedé sorprendido al escuchar su respuesta. ¿40%? ¿En serio? Era casi imposible.

-¿Y cuál es tu favorito?- le volví a preguntar. Se fue caminando y cogió un libro.

-Este- me dijo. Lo miré y me encantó la portada.

-¿Mi deseo?- le volví a preguntar. ¡Qué idiota! Lo único que hacia era preguntas.

-Así es- me contestó- Bien, siéntate que yo traeré mi libro y nos pondremos a leer- ordenó la capitana renegona. Me quedé callado y sólo moví la cabeza. 

Se fue caminando a un estante y buscó el libro. Mientras lo buscaba, yo me le quedaba mirando. Aún recordaba cuando jugaba con ella, la primera vez que le hablé. 

-Sigue siendo bonita- susurré. ¿Qué diablos estaba pasando? ¿Simpática? ¿Ella?

-!Lo encontré!- gritó Bella, sacándome de las preguntas que me hacía en la cabeza.

-¡Bien, Bella! Por fin haces algo bueno. Ja ja ja- le grité echando una carcajada. Levanté a verla y venía hacia mi. Se sentó y me dijo:

-Yo lo leeré en voz alta y tú sólo escucharas- Yo sólo moví la cabeza afirmando.

-Mi nombre es Catalina y tengo un sueño, todos los tene...- empezó a leer. No la escuchaba, simplemente la quedaba mirando. Era hermosa.

"¿Por qué es tan bonita? Odio haberte dejado de hablar. Hasta cuando lees te ves menos espesa y más interesante." pensé.

-¿Por qué eres tan simpática, Bella?- solté una de las palabras que decía mi cerebro. Demonios, la fregué, la fregué.

-¿Pero qué dices, Nick?- me preguntó asombrada. ¿Por qué cerebro? ¿Por qué me traicionas así?

-Ja ja ja caíste- intenté disimular mi nerviosismo.

-Siempre tú con tus tontas bromas- me habló enfadada- ¿Me estás prestando atención?- me preguntó. ¿Prestarle atención? Si supiera, nunca le preste tanta atención a alguien.

-No- le respondí cortante. Se levantó de la silla para gritarme, hasta que me salvó la campana.

-Deben estar cansados, chicos- dijo la madre de Bella, entrando con comida a la biblioteca- Por favor Nick, sírvete.

-Gracias señora- le respondí al amable gesto de aquella simpática señora.

-Nick ya se va, mamá- le dijo Bella a su madre muy molesta- Agarra tus cosas, mañana seguiremos. Yo me voy- me dijo. Bella salió furiosa de la gran biblioteca. No me sentía mal, ¿o sí?.

-¿Pasó algo Nick?- me preguntó su madre sentándose al lado mío.

-Intenté hacerle un chiste. Pero se molestó, ella no solía molestarse con mis chistes cuando éramos amigos. No tuve mala intención- le contesté.

-Ay, Nick. Mi niña no supera algo sumamente grave- me dijo cabizbaja. Se paró y se fue, dejándome con la intriga.

¿Algo sumamente grave? ¿Pero qué cosa es? Señora Esperanza, usted si que es cruel, no sabe que lo peor que puede hacerle a alguien es dejarlo con una notivia a medias.

Así que decidí investigar que es eso "sumamente grave" que hizo así a Bella, solamente por curiosidad, era bastante chismoso.





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