Buen consejo.

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Me eché en el pasto y lo único que quería era retroceder el tiempo. Ver a Bella así me dio cólera, por mi, fui un tonto. Recordé aquella época cuando éramos amigos, aún no entiendo como ella y yo logramos forjar una amistad tan sólida. Yo solía ser un poco más serio que ella, y Bella era tan graciosa, hacias muy buenas bromas y siempre encontraba la manera de sacarme la tristeza que tenía.

-¿Y ahora por qué lloras?- Ella usaba vestidos de colores inusuales.

-Mi abuelo acaba de fallecer.

-Tranquilo, Nick, así es la vida. Tu abuelo vivió mucho y era hora de partir- Su manera de hablar era muy alejada a su edad.

-¿Y qué pasa con la gente que vive poco?

-Vivir demasiado no es tener mucha edad, vivir es gozar lo suficiente- Me limpió las lágrimas- Prometo vivir lo suficiente, ya deja de llorar.

-¿Qué tanto?

-Cuando tengas hijos, y esos hijos tengan hijos. Quiero verte feliz.

Pensar en aquellos recuerdos dónde nos prometíamos cosas era en vano, ya había desaparecido aquella chica a la que quise bastante y todo sucedió por mi culpa, no tengo derecho a quejarme.

Sentí que alguien caminaba hacia mi, sus pasos eran notorios, el pasto sonaba. Vi que era un chica que no la reconocí, quizá se había confundido de persona.

-¿Puedo sentarme a tu lado?- me preguntó aquella chica que por cierto, era muy guapa.

-Sí claro- le respondí, y le hice un espacio- ¿Nos conocemos?

-No, pero estaba mirándote hace un buen momento. ¿Por qué esa cara?- me preguntó de nuevo- Por cierto mi nombre es Reyna.

-Nada, Reyna- le contesté de una forma desagradable, como si no quisiera hablar con ella y era obvio, era una desconocida que se había acercado por pura curiosidad, como si mis sentimientos de tristeza fuera algo que quisiera que todos vieran.

-Bueno... Me acaban de engañar con mi mejor amiga y aún así no me pongo mal- me volvió a responder aquella muchacha. Me sorprendió al escucharla, pobre.

-Lo lamento, pero no es por un engaño, es por ser idiota- le dije mirando al cielo. 

-Te daré un consejo, sea lo que sea, recupérala. Si sientes que fuiste un idiota es porque enserio la querías- me dijo mientras miraba el cielo al igual que yo- Lamento haber aparecido así de repente, quería compartir malos momentos con alguien y mis amigos no son del todo confiables- Sonrió.

-¡Rey!- le gritó una voz- ¡Ya nos vamos!

-¡Espérenme, ahí voy!- gritó mientras se paraba- Recupérala, eh- me dijo guiñándome el ojo.

-Bueno- le contesté.

Aquella chica tenía razón. Pero... ¿cómo apareció? ¿Cómo supo que quería un consejo? Daba igual, creo que quiero recuperar la amistad de Bella. Mis amigos de ahora eran buenos, pero no tanto como Bella, ella me entendió en todo momento y sin nada a cambio.

-¡La recuperaré!- grité levantando los brazos.

No era amor, era amistad. Eso era lo que me intrigaba, Bella no me gustaba.. ¿o sí? No quería confundir y arruinar las cosas con ella. Tampoco hacía todo esto por recuperarla solo porque me haya contado lo de sus padres, sino porque al volver hablar con ella sentía la misma sensación cuando éramos amigos, esa misma confianza, su voz tan inusual, su manera de alzar las cejas cuando hablaba y como movía sus manos. Al menos todo eso no había cambiado.

Fui caminando a casa con las manos en los bolsillos, tenía una canción en mente, una que había escuchado hace tiempo atrás, la recordé al momento de pensar en Bella. 

-You have my heart we'll never be worlds apart maybe in magazines...- Empecé a cantarla, aún podía recordar la canción. Sentía que quería llorar- Solo espérame, Bella, espérame que yo haré el resto.

Al llegar a casa, vi que las llaves de mi mamá no estaban colgadas, intuí que había salido. Fui hacia la cocina y encontré una nota que me había, decía:

"Fui a ver a tu abuela, preparate algo, llegaré tarde. Te amo, cariño

                                                                               -Tu mami. "

Pedí una pizza y fui a mi cuarto. Puse música de Ed Sheeran, uno de mis muchos cantantes favoritos, Bella me enseñó hace un tiempo y su música me atrapó. Me quedé pensando, cuando empezó a llover.

-Este momento no podía ser más triste. Gracias por ayudar, lluvia, tú hacías falta- Tocaron el timbre- Seguro es la pizza.

-Buenas tardes, aquí está su orden.

-Gracias, y disculpe, no pensaba que llovería.

-No se preocupe, tenga una buena noche- Se retiró.

-Eso quisiera- Le cerré la puerta y subí a mi cuarto.

Prendí el parlante y puse una canción de aquel cantante, "I'm a mess" se llamaba la canción, quería sentirme más idiota de lo que ya era.

-¡Dime Reyna! ¡¿Acaso tu consejo será bueno?!- Grité- ¡Bella! ¡Perdóname! ¡¿Podrías tratarme como lo solías hacer?! ¡Me di cuenta que jamás debí haberte dejado! ¡Una oportunidad más! ¡Solo una!

-¿Otra ves gritando?- Era la misma voz de aquella vez.

-Sólo déjame en paz...- Me eché.

-Sabes, aquel buen consejo que te dio aquella chica estuvo genial. ¿Por qué no te quedas con ella?- Se empezó a reír.

-Creo que ya enloquecí- Intenté sacarla de mi cabeza pero no podía.

-Tranquilo, tranquilo. Todo lo que dije solo era una broma. Nick, piensa, ¿quién puede contra ti? Recupérala, no a tu modo, ve despacio y ella se dará cuenta que tienes buenas intenciones. Sigue el buen consejo de aquella guapa chica.

-¿Guapa?

-¡Hey, niño! Soy tus pensamientos, dijiste que era guapa- Volvió a reír- Pero está bien, pienso lo mismo.

-¡Claro que sí! Eres yo- Me empezó a doler la cabeza- Creo que mejor me echaré hasta dormirme- Le bajé el volúmen al parlante- Con eso será más que suficiente.


¿Por qué no te conocí antes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora