¿Por qué no te conocí antes?

Primera cita.

-Todo se ve delicioso- nos dijo mi madre. Estaba muy bien vestida, quizá iba a salir.

-Gracias ma'- le contesté llevando una cuchara con comida a mi boca- ¿Saldrás?- le pregunté alzando mi ceja derecha.

-Sí hijo, con tu tía. Hace tiempo que no teníamos un momento de hermanas- me dijo sentándose al frente de nosotros.

-Se ve muy bien señora- le dijo Bella a mi madre mirándola con una sonrisa.

-¿Me quedaré solo?- le pregunté frunciendo el ceño.

-Gracias Bella- le dijo mi madre mirándola- Y si Nick, te quedarás solo. Tranquilo que le dije al monstruo que no te asuste- me dijo con gracia.

Cuando mi madre dijo eso, Bella casi se ahoga al reírse. 

-Jaja, hija, ¿estás bien?- le preguntó, parándose y poniendo su brazo en su espalda.

-Ja ja ja, sí señora, gracias- le contestó con el puño en su boca.

Mi madre volvió a su sitió y empezó a comer. Lo hizo demasiado rápido, estaba apurada.

-Cariño, lava los platos ¿sí?. Y si quieren pueden salir, yo llevaré llaves- nos dijo agarrando su bolso de la sala y dirigiéndose a la puerta- Los quiero chicos, cuídense.

-Hasta luego señora- le dijo Bella. Mi madre sólo le respondió con una sonrisa y luego cerró la puerta.

Mientras tanto yo estaba lavando los platos. Bella se había ido a sentar al sofá. Pasaron sólo 7 minutos cuando terminé de lavar los platos.

-¿Quieres tener tu primera cita, Bella?- le susurré al oído, ella no me había visto llegar.

-¿Estás hablando en serio, Nick?- me preguntó  un poco confundida.

-Iré a cambiarme y luego te acompañaré a tu casa para salir, ¿vale?- le dije guiñándole el ojo derecho.

-Anda- me contestó un poco cortante- Te esperare aquí.

Subí corriendo a mi cuarto. Me bañe en pocos minutos y busqué algo que ponerme. Encontré algo perfecto. Me puse mi perfume favorito y bajé.

-Estoy listo- grité llegando a la sala.

-¿En serio estás listo?- me preguntó mientras se paraba del sofá- Jajaja

-¿No estoy bien?- le pregunté con una mueca y mirándome.

-Estás bien, Nick. Eres peor que una chica a la hora de vestirse.

-Bien, bien, bien. ¿Vamos?- le dije levantado mi brazo.

-Vamos- me respondió agarrando mi mano.

Sentí una pequeña "electricidad" en mi cuerpo cuando ella agarró mi mano. Tenía razón era peor que una chica cuando el que le gustaba se le acercaba.

Nos fuimos caminando hasta su casa, ya que a ella le encantaba caminar. Nuestras manos estaban juntas y yo no paraba de sudar.

-¿Estás nervioso?- me preguntó casi riéndose.

-¿Yo? No- le contesté nervioso, ya tartamudeaba.

Después de eso me quedé callado, no quería parecer nervioso frente a ella. 

Llegamos a su casa, y cuando estábamos cerca de su puerta soltó mi mano. No sabía porque pero eso me hizo sentir mal, muy mal.

El que nos abrió fue su padre. Creo que él y su ex esposa se llevaban bien por su hija. Al verlo me dio miedo, tenía su cara seria como siempre.