Decisión.

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-¿Y qué han preparado?. preguntó mi madre caminando hacia la mesa.

-Apanado, papas fritas y arroz- le contesté señalando la comida.

-¡Qué delicioso!- dijo entusiasmada sacando la lengua- ¿Sirven?

-Claro que sí, señora- le dijo Bella.

-Iré a bañarme, luego bajo- nos habló dirigiéndose a la escalera. Subió hasta su cuarto y luego escuchamos que cerró su puerta.

Ella no me hablaba, ¿se habría molestado?. Le quedé mirando, estaba concentrada en servir la comida, así que esperé a que termine y luego hablarle. Fui a sentarme en la misma silla y cogí mi celular. 

Después de 5 minutos los platos estaban servidos y me armé de valor para hablarle.

-¿Bella?- le hablé al oído. Ella se quedó quieta y volteo a verme.

-¿Sí, Nick?- me preguntó sin mirarme a los ojos. Aquella chica que me gritó directamente a los ojos ahora no me miraba.

-¿Qué te pasa?- le pregunté agarrando su cara y poniendo su mirada en mi.

-Nada, ¿por qué lo preguntas?- me dijo con una sonrisa que parecía falsa pero también real.

-No quería hacerte incomodar. Lo lamento- le hablé de lejos, me alejaba poco a poco hasta darle la espalda.

-¿Nick?- susurró.

-¿Sí?- pregunté volteando para verla. 

No me dijo nada, simplemente corrió y me abrazó. Y cuando hizo eso sentí que mi corazón se detuvo. Nunca había sentido un abrazo tan sincero, ella estaba siendo sincera.

-Prometo nunca dejarte- susurré besando su cabeza- Lo hice una vez, pero no volveré a hacerlo.

-¿Seremos amigos, de nuevo?- me preguntó ella dejándome de abrazar y ahora poniendo su mirada en mi, sus ojos estaban cristalizados, quería llorar.

"Amigos", esa palabra me dolió, pero era mejor empezar así. Estaba decidido, iba a conquistar a Bella, y no permitiré que nadie malogre esto. Ella era la que quería a mi lado, una chica interesante, que no piensa en sí misma, sino en mi, en los demás. No era perfecta, pero tampoco lo soy y en realidad, no quiero a alguien perfecta, sino a alguien que sabiendo lo imperfecta que es, siga adelante, y esa persona era Bella.

-¿Amigos?- le dije mientras le mostraba mi dedo meñique en signo de "promesa".

-Amigos- me contestó cruzando el mismo dedo con el mío- Jajaja que infantil- me dijo ella secando , con su otra mano, sus ojos. Soltamos nuestros dedos después de un minuto.

-¿Me da el gran honor de sentarse a comer conmigo?- le pregunté mientras le señalaba la mesa.

-El honor es mío- respondió poniendo su mano en su corazón. Estábamos jugando como antes, como niños. A la princesa y el príncipe, a la guerrera y al guerrero, a Bella y a Nick.

Nos sentamos en la mesa y no esperamos a mi mamá para almorzar, teníamos hambre.

-Hay jugo de naranja en la nevera, ¿sirvo?- le pregunté mirándola. Estaba hermosa, a pesar de estar despeinada y con un tomate.

-Por favor- me contestó llevando una cuchara de comida a su boca.

Me paré y traje la jarra con jugo de naranja. Puse tres vasos, a mi mamá le gustaba aquel jugo. Me senté de nuevo a su lado y escuchamos que mi madre bajaba.


¿Por qué no te conocí antes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora