𝑑𝑎𝑖𝑠𝑖𝑒𝑠' 𝑡ℎ𝑒𝑜𝑟𝑦

Amigas

Se que antes éramos muy buenas amigas y que lo que yo te dije había sido algo que no querías escuchar.
Entendí y entendí que tus razones tenías, aunque nunca me dijiste alguna que consiguiese aclararme tus ideas.
Sabía que lo que hacías estaba mal, que no solo las dañabas a ellas, si no que también te herías a tí misma por tener que ver como tomaban represalias y las perdías como confidentes.
Me duele decirlo.
Te lo merecías.
Por ser la única estúpida que tardó más en darse cuenta, también tuve que suportar los meses de la agonía que emanabas.
Parecías una, eras otra.
Parecías una chica atrevida, divertida, sencilla y algo tolerante. Parecías de fiar aunque más tarde comprendiera lo contrario, parecías una muñeca de porcelana rota, suave a primera vista pero que pincha si la tocas mucho.
Quise clavarme en tus heridas e intentar volverme alguien importante, y sé que lo conseguí porque incluso lloraste cuando quise rendirme de intentar arreglarte. Y es que te volviste tóxica, aquellos que te rodeaban siempre acababan sufriendo, no importaba si habían sido neutrales, no importaba si eran cercanos a tí. Y es que creaste un infierno a tu medida y nos arrastraste a todos a él. Yo no soportaba lo que tú adorabas, no comprendía porqué eras tan adicta a las personas que siempre sí o sí acababan trayéndote mal.

Yo entendí el porqué me insultabas.

Habías perdido a la única persona a la que eras adicta por las cosas buenas que te aportaba.
¿Qué iba a quedarte después de nuestra resquebrajada amistad? Montones y montones de más personas, que solo consumían tu alma mientras dejabas ir lo único que quedaba de tí.
Me costó, realmente fue doloroso al principio, cuando tuve que acostumbrarte a que mis palabras por fín eran las que debías haber escuchado hacía ya tiempo, cuando comenzabas a perder a esas que antaño tanto te importaron y que ahora repudias.

Yo salí de tu infierno, y quise que tú salieras de él conmigo, pero te negaste. Y por eso me fui.