Querido diario

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Querido diario:

Hoy es 27 de febrero, es lunes, son las nueve y venintitrés de la tarde.

Aquel en el que escribo todos mis pensamientos y acciones día a día, al que le confío mis más oscuros secretos, quería decirte que esta será mi última entrada.
No volveré a escribir aquí.

Lo primero que quiero dejarte es: papá, no te culpes.
Se que no he sido el mejor hijo, ni tú el mejor padre, pero quiero que sepas que fuiste un apoyo que yo no supe valorar cuando mamá se fue, que lo dejaste todo por nosotros y yo solo fui un desagradecido por enfadarme contigo.
Quiero que nunca olvides que lo hiciste lo mejor que pudiste, y que ni tú ni nadie podría haber evitado esto, así que solo, no te culpes.

Melissa, mamá, recuerdo que todas las noches solía pedirte que me contaras una de tus historias, y por eso entiendo el porqué de que te fueras. Se que ahoras vives en tu propio cuento de hadas y yo no puedo, no quiero robarte eso. Hace años que no se nada de tí, pero quiero que leas esto y que sepas que no estoy enfadado contigo, ni un poco. Yo solo quería que fueras feliz.

Y luego estás tú, Dennis. Solo puedo decirte que te entiendo.
Que dejaste marcas en mí, y no precisamente de las que se van.
Fuiste mi hermano, al que yo veía como a mi ideal, y por un tiempo me pregunté si yo quería ser ese tipo de persona, de si quería parecerme a tí. Lo cierto es que ahora entiendo que todo lo que siempre hiciste fue verme como si fueras tú, y quisiste lo mejor para mí, aun si yo no podía comprenderlo. Gracias. Por todo.

Finalmente, quería agradecerte a tí, mi diario, mi más mejor y viejo amigo, por ayudarme cada día y aguantar todo lo que yo tenía que escribirte. Fuiste mi más hermoso consuelo, por eso te dejo abierto, para que cuando alguien venga, pueda leer esta historia que solo a ti te confié.

Tengo una pistola encima de la mesa y, al fin, la usaré esta noche.

¿La razón? Nadie debería tener una vida como esta, absolutamente nadie.

Esas marcas moradas, las cicatrices casi estan sanando. Hace tiempo que nadie la toma conmigo, hoy son, exactamente, cinco días.

Papá, hay una caja llena de mis escritos debajo de la cama. Úsala, se que alguien más la va a necesitar.

Realmente hay una tormenta ahí fuera, oigo como llueve por como rebotan las gotas en el cristal. Hay gente caminando, con paraguas y chubasqueros.
¿Ellos se habrán sentido así alguna vez?, ¿tan... en paz?

Maldita sea, estoy sonriendo ahora.

Debería parar de escribir, no quiero que mi padre oiga el disparo. No lo soportaría, y es por eso que solo hay una bala cargada. La usaré yo, porque nadie más debería pasar esto.

Nunca había sentido esta sensación en mi pecho.

Abuela, te echo de menos.
Será bonito volver a vernos.

Danny.

Apretó el gatillo y aquella noche se convirtió en la más feliz, pues había escapado de su prisión.

𝑑𝑎𝑖𝑠𝑖𝑒𝑠' 𝑡ℎ𝑒𝑜𝑟𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora