Me obligaste

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Y, entonces, con las flores entre los dedos de tu mano derecha, mojadas, hechas pedazos, me obligaste.

Me obligaste a decirte que eras esa persona que me quitaba el sueño pero qué, a la vez, me lo daba. Que eras tú esa persona que se llevaba mis sonrisas y que me daba el oxígeno para respirar. Que eras mi pasado y mi presente. Que todos los ojos me recordaban al mar de tu mirada y que mis manos no encajaban tan bien en un sitio como en las tuyas. Que adoraba tus besos por la mañana (y por la noche), y que tú fuiste y siempre serías la única persona capaz de hacerme verdaderamente feliz. 

Que eras eso que nunca pude retener, tal como se encierra a un pájaro en una jaula; y que, tal vez y sólo tal vez, nunca quise. 


𝑑𝑎𝑖𝑠𝑖𝑒𝑠' 𝑡ℎ𝑒𝑜𝑟𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora