𝑑𝑎𝑖𝑠𝑖𝑒𝑠' 𝑡ℎ𝑒𝑜𝑟𝑦

El camino

De vez en cuando la vida se torna oscura y el fuego se vuelve cenizas.
Y es que mientras ella lo soportaba como podía, llorando bajo las estrellas mientras maldecía su destino, él se refugiaba en la droga más legal que podía conseguir.
No dudaba en dejarse llevar por sus impulsos, evitaba las situaciones en las que se pudiesen advertir las lágrimas de sus ojos y la tristeza en su mirada, y es que él había desaparecido tras cada trago y se había ido convirtiendo en una persona a la que daba miedo siquiera mirar. Antaño solía sonreír ante los fracasos de su vida, pero se había llevado tal desengaño que no estaba seguro de si todo había tenido algún sentido para ella.
Poco después de todo desabrochó su inconsciencia y comenzó a desesperarse. Y el montruo que ahora controlaba su cuerpo solo tenía más sed, porque entre más bebía menos recordaba, y eso era algo por lo que merecía la pena pagar. Para cuando quiso darse cuenta de que no podía volver por el sendero que había trazado, ya era demasiado tarde y solo se tenía a si mismo, mientras ella volvía a calentar sus cenizas, como un Fénix infinito que siempre renacía, y dejaba de llorar y rogarle a las estrellas que él pudiese perdonarla.

Luego él se giró atrás y renunció a lo que tan arduamente habían intentado inculcarle cuando era joven, y recordó una, solo una cosa: de vez en cuando, el camino se tuerce y uno termina perdiendose, mas lo que debes hacer en ese momento es continuar y no volver atrás, continuar porque al final todos los caminos llevan a algun sitio y en todos los caminos hay personas que terminan acompañandonos, ya sea porque tambien se han perdido o porque simplemente no pueden continuar solos. Y es que esas personas son lo mejor que puede pasarte a lo largo de la vida, y volvió a echar la vista atrás, esa vez para observar a las personas que lo habían acompañado desde que se había perdido. Ella estaba entre ellas, no se arrepentía de ello, y comprendió que a veces esas personas terminan volviendose a perder y conociendo a otras personas.

Entonces entendió que había estado encerrándose en el dolor de la pérdida, aun cuando había ocurrido hacía ya tiempo.

Y perdonó.