La luz del sol entro por la ventana de la recamara y me despertó, mi cara estaba casi pegada al cabello de Camila, sonreí al recordar lo que había pasado la noche anterior y me pegue a su cuerpo desnudo.
-Hola- escuche su voz adormilada.
-Hola- le respondí sonriendo, mientras pegaba mi cara a su cabello -¿Cómo estás?- le pregunte.
-Bien ¿y tú?- me contesto dándose la vuelta para quedar frente a mí.
-Muy bien- le sonreí y le di un corto beso en los labios.
-Pero si yo no hice nada- me dijo escondiéndose en mi pecho.
-¿Cómo que no hiciste nada?- le pregunte haciéndome hacia atrás para poder verla a la cara.
-Fuiste tú la que me hiciste sentir a mí- me dijo sin mirarme a los ojos.
-Camila, eso no quiere decir que yo no haya sentido nada, al contrario, me hiciste sentir mucho- volví a besar sus labios.
-Prometo que la próxima será diferente- me dijo con su frente pegada a la mía y con los ojos cerrados.
-No te presiones, ok, ya estarás lista- y dicho eso la abrace contra mi cuerpo.
Nos quedamos en esa posición por unos momentos más y varias veces la escuche suspirar y sentía que me abrazaba más fuerte a ella. Nos levantamos y nos dimos un baño juntas, sin hacer nada más, después de estar ahí, salimos a desayunar algo y regresamos a esperar a Bella en el loft, pero algo simplemente había cambiado, yo que siempre fui una persona que adoraba su libertad y su independencia, me sentía cómoda con Camila a mi lado, quien por cierto, ese día no se despegó de mí en ningún momento, y me encantaba.
Los días de esa semana siguieron igual, habíamos decidido que partir de ese día dormiría en mi recamara junto a Camila, no volvimos a tener intimidad, y no porque no quisiera, pero en más de una ocasión Quinn me hizo saber su incomodidad por no saber qué hacer en esas circunstancias, a lo que yo le respondía que no había problema, que esperaríamos hasta que se sintiera lista, cosa que no terminaba por convencerla, pero era todo lo que teníamos, aunque las sesiones de besos eran las mejores que había tenido en la vida.
-Cuento con 100 dólares para el regalo de Bella, ¿cuánto tienes tú?- me pregunto mientras paseábamos de la mano por el centro comercial.
-No te preocupes, yo lo pago- le dije sonriéndole.
-No, ella lleva los apellidos de las dos- dijo un poco molesta.
-Eso no tiene nada que ver, pero si insistes, dame el dinero y ya pongo yo lo que falte- le sonreí y le di un corto beso en los labios.
-Pero si solo me faltaba esto para completar un día perfecto- volteamos a ver y encontramos a un grupo de chicas que yo conocía muy bien.
-También es un gusto verte Maggie- le dije sarcásticamente.
-Miren lo que encontré- escuche una voz bastante conocida.
Mi mente se quedó completamente en blanco y mi cuerpo sin movimiento alguno, incluso podía sentir mi corazón latir, como cuando corres un gran tramo.
-Hola- me dijo Keana con la misma expresión que yo.
-No le dirijas la palabra- volvía a entrometerse Maggie.
-Creo que ella es lo suficientemente mayor como para hablar con quien quiera- le dije reaccionando.
-Sí, claro, pero no contigo, no después de que destruiste su vida- me dijo encarándome.
-Déjalo Maggie- le dijo Keana tomándola del brazo.
-No Keana- le grito y se zafo de su agarre.
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Siempre fuiste tu (Camren AU)
FanfictionA Lauren Jauregui el destino la sorprende y le hace ver que a su vida perfecta siempre le falto algo... La siguiente historia NO me pertenece, es una adaptacion de un fic Faberry que lei hace un tiempo en el perfil de GabzzAl en fanfiction.net