Believe||One Piece

➢Hora del duelo. Zoro VS Inna

La suave brisa del mar movía sus oscuros cabellos con delicadeza, su piel brillaba debido a las pequeñas gotas de sudor que había en este y sus orbes oscuros observaban con atención a su oponente de melena verde.

De igual manera, el peli verde observaba a la chica con intensidad, en espera de un movimiento que le diera la señal de atacar.

Ambos ya llevaban un buen rato observando al otro, pero parecía que ninguno de los dos estaba dispuesto a moverse.

—¿Hasta cuándo se van a dignar a pelear?—Luffy había arruinado el ambiente al abrir su boca.

Inna bufó molesta mientras que Zoro gruñó, la concentración de ambos se había ido al carajo.

—¿Podrías callarte?—Nami le dijo aquello, notablemente molesta—Rompiste la atmosfera de seriedad.

Luffy se cruzó de brazos e hizo un mohín—Pero solo están parados, ya quiero que peleen.

—¡No somos ningún espectáculo de circo para que nos estés presionando!—Ahora, Zoro se había metido también.

La pelinegra rodó los ojos molesta y suspiró.

El resto de la tripulación observaba la escena desde la planta alta del barco, pues en la cubierta de pasto seria el combato del espadachín contra la ex caza recompensas.

Harta de que aquellos tres se pusieran a discutir, tomó un cuchillo de su cinturón y lo lanzó. El arma pasó justamente al lado del peli verde y se clavó en la pared de madera, aquel movimiento fue suficiente para callarlos.

Zoro se giró lentamente y la observó con el ceño fruncido.

—¿Vamos a pelear o te vas a poner a discutir y gritar como las señoras?—Dijo Inna.

—Eres muy impaciente.

—Y tú un cabeza hueca—Insultó, mientras se acercaba lentamente a él.

Zoro desenfundo una de sus katanas mientras que ella apretaba con fuerza el Bō de manera que sostenía entre sus manos.

—Bien, el que vuelva a interrumpir, le volare la cabeza de un tiro—Usopp comenzó a temblar como gelatina ante aquella amenaza.

—E-ella esta b-bromeando, ¿v-verdad?—Le preguntó a Franky.

—No estoy bromeando—Volvió a gritar y Usopp chilló asustado.

Giró el Bō con gracia entre sus manos y se puso en posición de ataque. Aquello fue como luz verde para el espadachín, pues de manera rápida se lanzó hacia ella.

Inna logró esquivarlo y lo golpeó en la espalda con la vara de manera, provocando que tambaleara. Gruñó molesto y escuchó como ella soltaba una risita.

Volvió a girar el Bō y sonrió—Vamos, quiero ver que tan bueno es peleando el gran Roronoa Zoro—Dijo aquello con total burla.

Se volvió a impulsar y sacó otra katana, le iba a cerrar a base de golpes la boca a la chica.

Esquivó de nuevo el ataque, primero quería observar sus movimientos para saber cómo atacarlo, pero el peli verde atacaba como si fuera un toro. Llegó un momento en el que Zoro se había hartado de que ella solo esquivara y no atacara.

—¿Hasta cuándo vas a decidirte a atacar?

—Hasta que se me de mi regalada gana—El filo de una de las katanas rozó cerca de su mejilla izquierda, provocando que un fino hilo de sangre saliera.

Sus ojos conectaron de manera inmediata y la chica lo golpeó con fuerza, elevó su arma y la impactó de frente contra la cabeza del contrario para después, impulsarse con la vara y patearlo en el abdomen. Chopper y Nami hicieron una mueca de dolor ante aquello.

—Eso debió doler—Murmuró Franky.

Una mueca de dolor se formó en los labios del espadachín, lo había golpeado con bastante fuerza. Ahora mismo se preguntaba si ese vara era de madera o de metal.

—Estás jugando con fuego, morena—Dijo— Y vas a terminar quemándote.

Inna sonrió con altanería, paso su lengua por la sangre que aun brotaba de su herida y la lamió—Pues, creo que ya me queme.

Él sonrió, aprovechó aquello y fue directo a atacarla. Lo único que pudo hacer fue bloquearlo pues la había tomado desprevenida. Tanta fue la fuerza con la que la ataco el chico que había provocado que el Bō se partiera a la mitad.

—¡Su Bō!—El gritó de Usopp solo hizo que Zoro sonriera. Por fin se había deshecho de aquel molesto palo de escoba.

Franky negó con la cabeza—No lo creo.

—¡¿Cómo de que no?!—Ahora fue Nami la que se exaltó—Zoro ya le ganó, la dejo sin arma.

—Míralo por tus propios ojos.

La tripulación volvió a posar su vista en aquellos dos, especialmente en Inna. La nombrada no mostraba sorpresa alguna, al contrario, había vuelto a sonreír con altanería, provocando confusión en los presentes.

—Deberías de ser más listo y observador—Aconsejó la de orbes oscuros.

Bajó con fuerza su arma y de ambos salieron salieron cuchillas. Zoro abrió los ojos con sorpresa.

—Eres una...—Logró boquear el ataque provocando que salieron chispas al haber chocado de manera fuerte el metal de ambas armas. Ahora solo forcejeaban, en un intento de hacer que el otro cediera.

Sus ojos no se despegaban de los del otro, parecía como si también tuvieran una batalla de miradas.

Pero su pequeño duele acabo cuando escucharon como el metal de sus armas crujía, señal de que podía llegar a romperse. Ambos se separaron con las respiraciones agitadas y con una capa de sudor sobre sus cuerpos debido al esfuerzo.

—Buen combate—Dijo él y ella sonrió.

Su duelo había finalizado.

(**)

—¿Tu misma perfeccionaste el Bō?—Paró de secar su cabello con la toalla y observó a Nami y a Usopp, asintió y continuó secando su cabello.

Aquellos dos la siguieron hasta la habitación que tenía como taller y entraron antes de que les cerrara la puerta en la cara.

Usopp notó todos los bocetos y prototipos que había regados en el escritorio y parte del suelo de la habitación y los tomó, observaba aquello con sorpresa y emoción, Inna tenía un gran talento para la confección y diseño de armas.

—Esto es fantástico..—Murmuró.

Inna no hizo el esfuerzo alguno en arrebatarle sus cosas, estaba cansada, así que dejo que husmeara lo que quisiera.

—Pensé que Zoro no tendría piedad alguna sobre ti—Le dijo Nami, a lo que la otra arqueo una ceja.—Aunque, admito que fue un gran duelo.

—He tenido mejores—Dijo aquello encogiéndose de hombros—Pero me lo debía, aunque admito que él es mejor que yo.

Estuvieron unos minutos en silencio hasta que Usopp volvió a hablar.

—¡¿Cómo hiciste esto?!—Casi le estampaba en la cara el boceto de un cañón a la chica.

—Pregúntale a Franky, yo lo dibuje pero él se encargara de hacerlo—Respondió.

El tirador solo atino a asentir y salió corriendo de la habitación con la hoja de papel en mano. Inna observó la puerta con una ceja alzada y luego miró a la navegante.

Ella se encogió de hombros y le sonrió—Parece que ahora le agradas.

Volví :v