El fin de semana llego, Vegueta esperaba a sus dos pequeños hijos en el jardín de su casa.
¡Gracias por traérmelos¡ ya puedes retirarte, decía Vegueta a la niñera de los niños.
Pero la señora Bulma me dijo que yo me quede siempre con los niños, decía la niñera.
Ese no fue el trato, si lo permití las semanas anteriores era porque necesitaba que tu me platiques los gustos de mis hijos, sobre todo de Bra que es de la que tu estás más pendiente por ser la más pequeñita, pero a partir de hoy vendrás solo a traerme a mis hijos y te irás a donde gustes mientras yo me quedo con mis hijos solo, las horas que me corresponde, decía Vegueta.
Pero la señora Bulma se enfadara conmigo y capaz hasta me despide, decía la mujer preocupada.
Nadie sabrá que no te quedas aquí con mis hijos, ve, aprovecha estás horas para relajarte, además así fue lo acordado con Bulma, dijo Vegueta.
Está bien señor, los dejo, los cambios de ropa de los niños, sus útiles de aseo,...., decía la joven.
Vegueta vio salir a la niñera y le sonrío a sus hijos y dijo, hoy vendrán unos amiguitos para que puedan jugar con ellos.
¿Vendrán más niños?, dijo el pequeño Trunks sonriendo.
Si hijo, así ya no te sentirás tan solo en mi casa y para ti princesa vendrá una amiguita con quién puedas jugar, decía Vegueta dándole un beso en el rostro a su pequeña hija.
Casa de Milk:
Quieres que mi Marrón vaya a la casa de tu jefe, decía Dieciocho.
Es que quedé en llevar a mis hijos a que jueguen con los suyos, pero el tiene una niña un año menor de Marrón y le dije que haría todo lo posible por llevar a la hija de mi amiga para que juegue con la suya, dijo Milk sonriendo.
Hay Milk, a veces me confundes con tu actitud, dijo Dieciocho sonriendo.
¿No te comprendo?, dijo Milk.
No te preocupes lo dejare al tiempo para ver si mis sospechas resultan ciertas y está bien mi Marrón irá contigo, dijo la rubia sonriendo.
Aprovechen que me llevo a Marrón para que Krilín y tú puedan salir solos a algún lugar, dijo Milk sonriendo.
Si tienes razón, dijo la rubia sonriendo.
Minutos después:
La pelinegra junto a tres pequeños niños subían a un auto.
A esta dirección, dijo la pelinegra entregándole al chofer un papel.
Está bien, dijo el hombre empezando a conducir.
El señor Vegueta dice que tiene una casa muy grande, decía Gohan.
Si así debe ser, pero ya saben nada de hacer desorden en ella, decía Milk dulcemente.
Luego de varios minutos, el auto se estaciono frente a una gigantesca mansión, la pelinegra le pago al chofer y bajo con los tres niños del auto.
Es gigante, dijo Goten que estaba tomado de una de las manos de su madre.
Milk miraba sorprendida la gigantesca casa, luego de algunos minutos toco el timbre siendo recibida por un amable hombre que les abrió la gigantesca reja de entrada a la misma.
Pasen, dijo el hombre.
Milk caminaba junto a los niños hacia el lugar donde Vegueta se encontraba junto a sus dos pequeños hijos.
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"Somos dos"
DiversosVegueta y Milk, dos personas tan distintas pero a la vez tan iguales, viviendo un mismo sufrimiento aunque no lo supiesen "La Soledad".