-Hoy será un día interesante para todos- El entrenador Ravenswood caminaba de un lado al otro del gimnasio- Díganme ¿Cuántos de ustedes saben la habilidad del otro?- Nadie respondió nada. –Y cómo esperan ganar una batalla si ni siquiera se conocen entre sí.- Era verdad. Yo no conocía las habilidades de los demás, exceptuando por las de Kol, Joanna, y Sean ¡Ni siquiera sabía lo que Aidan, mi mejor amigo, podía hacer! Pero eso tampoco era mi culpa, él siempre había sido reservado en ese aspecto.
-Hoy es su día de suerte chicos, hoy por fin sabrán de lo que son capaces...todos ustedes- Ravenswood dejó de caminar. -¿Quién quiere ser voluntario?- Silencio- Vamos, sé que por dentro están ansiosos por saber-
Pasaron unos segundos hasta que Kol alzó la mano. Una seña del entrenador y ya se hallaba al frente de la clase.
-Bueno como todos ya saben puedo transformarme en cualquier animal. El que sea.-
-¿Cómo un tiburón?- preguntó alguien
-Sí- respondió amablemente.
-¿Cómo un águila?-
-Sí-
-¿Y una lagartija?- Todos soltaron a reír y esta vez sí pude reconocer al emitente de tal pregunta. Jonathan.
Kol se limitó a sonreír despreocupado y se colocó en cuatro patas. Poco a poco su forma fue cambiando hasta convertirse en un lagarto gigante del doble de nuestro tamaño. Con sus enormes patas subió las gradas hasta Jonathan, lo sujetó entre sus garras hasta alzarlo en el aire. El mensaje fue claro, "no juegues conmigo".
-Bien bien, ya puede bajar a su compañero. O mejor aún, estoy seguro de que a usted caballero le gustaría darnos una demostración-
Kol soltó a Jonathan y se sentó satisfecho con su amenaza. Una sonrisa inundando su rostro.
-Yo puedo controlar la mente de los demás, ¿alguien que desee ayudarme?- muchas manos se alzaron pero este las ignoró por completo- Quizás tú Kol, ¿qué dices?
-No gracias, estoy bien-
-¿Acaso tienes miedo?-
-¿Debería?-
-Basta, no estamos jugando jóvenes estamos preparándonos para una guerra. Necesito que todos sean maduros con esto. Señor Velardi ¿le importaría?-
-De ninguna manera entrenador- Ethan dejó su asiento y se colocó frente a Jonathan. Risa brotando de sus labios. Segundos después dejó de ser gracioso ya que Ethan se encontraba actuando y maullando como un verdadero gato. Todos rieron.
-Suficiente- Sugirió el entrenador, y con un asentimiento de cabeza Ethan regresó a la normalidad.
Después fue el turno de Diego, al parecer el chico tenía una relación caótica con el fuego. Podía crearlo de la nada e incluso incendiar su ropa sin lastimarse. Tenía que admitirlo, era impresionante.
-Gracias señor Vega, ya puede tomar asiento- Con un movimiento de su mano y Joanna ya estaba de pie sonriente.
-Hola a todos, yo soy Joanna-
-Hola Joanna- Respondimos a coro.
-Y bueno, yo soy veloz-
-¿Qué tan veloz?- preguntó Jonathan retador. Un abrir y cerrar de ojos y Joanna ya se encontraba en su regazo.
-Muy...veloz...- Ambos sonrieron.
-Bien es mi turno- Ethan se levantó tratando de desviar la atención de su hermana –Yo puedo hacer Telequinesis.- Una mirada y Joanna estaba flotando por el aire alejándose cada vez más de Jonathan.
-¡Bájame!- comenzó a chillar esta. Todos reímos al ver la cara furiosa de Joanna descender desde las alturas.
Luego siguieron las gemelas, Elena y Katie Clark. Dos chicas que habían viajado desde Australia para pelear junto a nosotros. La primera era algo seria y por los aún vividos moretones de mi brazo, muy fuerte. Elena podía envejecer las cosas, enfermarlas e incluso...hasta matarlas.
Por otro lado, Katie era totalmente lo contrario, en personalidad y habilidad. Ella se mostraba amable y alegre, positiva. Katie podía sanar cualquier herida, algo que resultaría bastante útil después de la batalla.
Después vino Milani, ella se podía teletransportar a donde quisiera. Me pareció una habilidad magnífica para recorrer el mundo. Algo que yo nunca había podido hacer.
Luego fue el turno de Sean. Él lanzó varias estacas de hielo a una pared dejando pedazos rotos por todo el piso. Sonreí cuando se sentó junto a mí en lugar de regresar a su asiento anterior. Segundos después, pude sentir todas las miradas puestas en nosotros. Me puse roja.
-Maravilloso señor Thompson, verdaderamente maravilloso. Ahora, Dahlia, tu turno-
Miré a Sean un segundo antes de bajar los escalones. No quería hacerlo, todo el mundo tenía estas increíbles habilidades menos yo. Movían cosas, creaban fuego, hielo, sanaban, y yo...bueno yo...
-Yo puedo cambiar el clima- Pude ver como Elena se reía y como Katie la reprochaba apenada. Muchos me miraban confundidos.
-¿El clima?- pregunto alguien al fondo.
-Bueno, más que el clima, puedo controlar el entorno.-
-Enséñanos- me alentó Ravenswood. Miré a Sean, estaba sonriendo y había algo en su mirada que me incitó a continuar.
Tomé algo de aire antes de crear una tormenta en el gimnasio. El viento era demasiado así que para terminar solté algunos rayos, obviamente lejos de las gradas, por seguridad. Al terminar mi espectáculo muchos soltaron expresiones de asombro. Todos menos Elena, la cual me fulminaba con la mirada. Caminé hasta mi lugar de regreso y me senté. Sean me rodeó con un brazo y se acercó a mi oído.
-Eso fue impresionante- susurró, asegurándose de que solo yo obtuviera el mensaje.
El último fue Aidan. Él podía crear plasma y moldearla a su gusto. Para demostrarlo creó a un rinoceronte gigante y luego lo disolvió a la nada. A diferencia de otras veces pude ver a mi amigo cómodo con su talento. Y eso me alegró.
Después el entrenador nos dio un largo discurso de las actividades que tendríamos en los próximos días. Cuando la clase había terminado estaba tranquila, ya que por primera vez, sentía que podíamos ganar esta guerra.
ESTÁS LEYENDO
~Los elegidos~
ФэнтезиMi vida nunca ha sido normal. Siempre supe que era ...diferente. Incluso antes de que mis padres me enviaran al campamento. Me llamo Dahlia Olsen, y soy una elegida.