Daily Life

11°- No lo hagas

— No sirves en esta carrera, Ash.

Frente aquellas palabras, su rostro no hizo ninguna característica obvia de asombro. Simplemente se digno a asentir y dejar ese despacho que era la oficina de uno de los profesores de su carrera universitaria.

¿Por qué razón estaba ahí?

Simple. A él le gustaba dibujar, no hay que hacer mucho esfuerzo y simplemente puedes tomar un lápiz y una hoja y ponerte a garabatear. Pero, tal vez querer meterse en una carrera tan complicada como lo era Arquitectura... debió pensarlo dos veces antes de lanzarse a aquel mundo.

Era el mejor en la clase, sus notas eran las más altas, y gracias a su pequeño don, los trabajos manuales se le daban muy bien.

Pero carecía de algo.

Él no era nada sociable.

Y Arquitectura, más allá de planificar y construir espacios habitacionales, requería mucho del trabajo en equipo. Y Ash, siempre que debía formar grupo con sus compañeros, era una tabla en blanco.

Sus pares podrían estar discutiendo un proyecto y él no era capaz de dar una opinión sin que sus manos no le temblaran, y su voz se estancara en su garganta. Cuando requerían de algunas palabras suyas, él simplemente decía incoherencias.

Y le frustraba aquello.

Porque sabía que podía dar mas... si tan sólo su forma de ser no fuera la de un maldito antisocial.

Y aquel día se lo dijeron. Cuando, junto a algunos compañeros de carrera se tardaron en entregar un trabajo, Ash fue a la oficina del profesor por la simple acción de entregar aquel proyecto. Y su profesor le pidió que se quedara, tenía algo importante que decirle.

Y el mundo quería que estuvieran solos, porque en ese lapso de tiempo, ninguno de sus compañeros había interrumpido en la oficina a pesar que medio curso aun no entregaban ese trabajo.

Y le soltaron la verdad que él mismo callaba.

— Le he dicho esto a muchos chicos como tú, porque quiero ayudarlos. Pero eres demasiado introvertido, Ash.

Tímido, retraído, un maldito holgazán para levantar voz y decir Aquí estoy. No necesitaba que un profesor que comenzaba a admirar -porque si, el sujeto sabía buenas técnicas del dibujo que él nunca habría averiguado- le dijera aquello.

— Arquitectura es una carrera que ve mucho el tema en equipo. En tu trabajo no estarás solo, habrá muchos compañeros que acompañen en tu proyecto, pero tú serás la cabecilla del grupo.

Parece que él olvido en un momento que en su folleto de carrera, aquello no lo vio. No recordaba que le dijeran que esa carrera implicaba algo de lo que él huía tanto; relacionarse con más gente.

— Los pajaritos como tu se lo comerán vivo. Por eso tienes que cambiar esa actitud tuya.

"No sirves..."

Primera carrera universitaria, y Ash se sentía que había perdido el rumbo en su vida. Aquel día no escucho del todo las palabras de aquel profesor. Solo aquellas palabras se le quedaron marcando, y había salido de la facultad para perderse en las calles, no sin antes constatar, que afuera de la oficina del profesor habían cuatro de sus compañeros escuchando. Y ninguno fue capaz de decirle nada.

Tampoco le sorprendía. Él no era amigo de ninguno de ellos.

Porque sabía que no era muy hablador. Sabía que temblaba de cuerpo completo cuando la atención de todos estaban en su persona. Nunca tuvo un amigo, y a sus hermanos sinceramente, nunca les importo.

A veces, se sentía solo, a pesar de estar rodeado de gente.

Y en momentos como ese, necesitaba de un abrazo y alguien que le dijera No lo hagas. Porque una tonta lágrima resbalo de su mejilla y se perdió en el aire al caer por ese puente. Puente que estaba bordeando con mirada perdida y sin brillo de un futuro.

Era una tonta carrera. Era un tonto profesor. Eran unos tontos compañeros. Pero le dolió que le dijeran que como persona no servía en ese maldito mundo de mierda. ¿A caso creen que antes no lo había intentado? Desde primaria que él anhelaba ser como sus compañeros. Tan habladores y carismáticos. Eran unos malditos mocosos que no le podían tener el trasero tranquilo al querer jugar y reír con los demás.

Él quería ser como ellos, pero nunca logró cambiar ese lado suyo. Simplemente, la gente le aburría. Y la estupidez humana le colmaba la paciencia. Él no estaba hecho para convivir con ellos, y al parecer, ellos tampoco estaban hechos para acercarse y convivir con alguien como él.

Así que, ¿qué importaba? su familia no lo van a extrañar de todas formas, por algo lo habían dejado abandonado en Japón. Y ya llevaba cierto tiempo con aquella depresión que sigilosamente, le había envenenado la cabeza.

Morir, podría ser uno de los caprichos de su vida. La maldita ironía.

— No lo hagas.

Una mano reteniéndolo del brazo le arruino sus planes de querer lanzarse al vacío. Siguió el camino de aquel brazo y se topó con cierto horror con unos ojos ámbar. Un chico que quizás era de su edad le miraba con cierta tristeza.

— No sé quién eres. Y no sé por qué quieres lanzarte del puente. Pero te aseguro que buscar la muerte no es una solución.

¿Por qué aquellas palabras le hicieron humedecerse sus ojos? Era porque es la jodida verdad. Él simplemente quería terminar todo de forma sencilla. Aun cuando en el fondo sabía que tenía anhelos por los cuales querer seguir con vida.

Le negó la mirada a ese extraño, porque verlo le hacía saber que ese chico... es como él quiere ser. Alegre y hablador. Lo suficientemente valiente para tomar su muñeca y no temblar en dudas. Y aquello lo terminó de romper.

Silenciosamente, dejó sacar ese dolor. Llorar, era el único método de desahogarse. La única manera factible para consolarse a si mismo en su podrido mundo. Porque el problema siempre fue él. La causa de su depresión, comenzó por su raíz de ser alguien sin voz.

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Un poco de momento sad para la noche~ este cortito Oneshot lo escribí hace ya bastante tiempo ~ xd lo publiqué antes que siguiera enterrado en telas de arañas (?)

Nos vemos en el siguiente! 

Bye Bye~~