— ¿Me estas escuchando Ash? Tienes que vigilarlo, no puedes quitarle un ojo de encima.
El chico asintió a las lejanas palabras de su hermana. Casi no la oía desde su lugar en el living. Bueno, después de todo, ella estaba en la puerta de su casa, alistándose mientras le hablaba autoritariamente.
— Regreso en tres horas, tal vez cuatro, Ash.
Y con esas palabras, su hermana abandonó la casa, mientras Ash miraba atento un tonto programa de televisión de un concurso de juegos infantiles. Sólo cuando éste terminó se levantó del agradable sofá y fue a la cocina a verificar la tarta que su querida hermana dejo en el horno.
Gran sorpresa se llevó al llegar y ver el horno vacío.
Arqueó una ceja, y se rascó la nuca al mirar con pereza absoluta a su alrededor y buscar en la cocina alguna olla en el fogón o el microondas funcionando.
Pero nada. La cocina estaba en calma.
Entonces su hermana, ¿a qué le dijo que tenía que vigilar?
El timbre de la casa le sacó de su leve momento de flashback para hacer memoria. Salió de la cocina, caminó por el pasillo, y como siempre hacía, abrió la puerta con una vagancia absoluta, y del otro lado del umbral, un hombre adulto con un niño en brazos lo esperaban.
— Hola Ash, es bueno verte. Has crecido mucho.
Alguna expresión cómica hizo su rostro porque el hombre sacó una carcajada cuando él se quedó con la boca abierta y mudo. Cuando su hermana dijo que no le quitara un ojo de encima, ¿se refería a un niño?
— De verdad me son de gran ayuda que puedan cuidar de Mahiru hoy.
Sí. Su hermana se refería a un niño, y no a un pastel.
— Ahm... — balbuceó como idiota cuando le pasaron una mochila.
— Mahiru sabe ir al baño solo, así que no te preocupes por eso — Mientras Ash miraba el rostro del hombre, éste buscaba algo en la mochila que acababa de pasarle, mientras el pequeño infante tenía sus ojos puesto en su persona — Este cuento en su preferido, siempre se duerme luego de leérselo.
Ash leyó mentalmente el pequeño librito; El gato con botas. Lo encontraba infantil y justo para la edad del castaño.
— Bien Mahiru— ahora el hombre le habló al pequeño— Él es Ash, te va a cuidar por unas horas, tu querido tío tiene que arreglar unos problemitas en el trabajo, ¿Bien?
El pequeño, luego de segundos de mirar a su tío, asintió con parsimonia. Le extendieron el niño a sus brazos, y Ash no tuvo más remedio que recibirlo.
— Si sucede algo, puedes llamarme al celular, Ash — asintió, porque aquel hombre lo conocía— Bien, pórtate bien, Mahiru.
Y luego de eso, el hombre se marchó. Ash cerró la puerta y llevó al pequeño al living, ¿estaría tranquilo si se ponen a ver televisión? Hugh siempre se mantiene quieto si le ponen un programa infantil. Pensó que Mahiru también.
— Aquí — sentó a Mahiru en la suave alfombra, y luego indicó la tv — están dando teatro de marionetas, es un poco viejo pero... — Ash se alzó de hombros restándole importancia, y sin embargo, Mahiru miró atento el televisor.
Suspiró. Mahiru era tranquilo. Pensó que sería más inquieto, pero grata sorpresa se llevó. Y eso es porque no lo conocía. Conocía a su tío, sí. Su padre y el tío de Mahiru, ambos, trabajaban en el mismo lugar, y ha visto al hombre una que otra vez en las juntas que su padre a veces hacía en algunos restaurantes.
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Daily Life
Fanfiction[Servamp/Yaoi] [Romance/Humor/Smut/Tragedia] [Sobre Natural/ AU] [One-shot/ Drabbles] [ Kuro/Mahiru] El día a día en sus vidas estaba llenas de memorias y recuerdos dichosos, y dolorosos. La cotidianidad y lo íntimo, cada uno de ellos indagando pro...