Casi podía escucharlo. Era como una tenue melodía irregular y armoniosa. De suaves suspiros y leves movimientos que querían envolverlo en un manto de calma y seguridad. Y él no puede evitar suspirar al dejar que su cuerpo se guie en la oscuridad y perderse en las sensaciones tan placenteras.
Mahiru Shirota sonríe en su leve sueño.
El calor corporal del otro cuerpo al cual se aferraba, tan plácido y deleitoso, era casi un efecto nuevo que presenciaba. ¿Debería sentirse así, sólo por abrazar a su Servamp mientras éste simulaba dormir, y afuera del departamento la lluvia golpeaba con fuerza su ventana?
— Me dejarás sin aire, Mahiru.
Shirota vuelve a sonreír. Mentalmente se dice que sí. Es una sensación que acababa de descubrir, y le instaba persistentemente a quedarse a su lado. O tal vez ya había entrado en el atractivo limbo de los sueños.
— Este pijama te queda realmente bien... — Su voz sale más somnolienta de la que pretendía, y ríe por lo tonto que se escucha.
— No hay nada especial en ella. Estás usando una igual.
Mahiru no abre sus ojos aun cuando siente que Kuro quiere girarse y mirarlo. Él se aferra con más fuerza en su espalda y hunde su nariz en la suave prenda. Es agradable y dulce. Le recordaba con vagancia que su Servamp se trago una buena bolsa de gomitas antes de acostarse.
Entonces, el encantador cuerpo del chico se sentía más armonioso que de costumbre. Más grato al aroma, y más cálida al frio del cuarto.
— No te muevas, quiero estar... así... tonto Kuu... chan.
Kuro bufa con gracia, y espera que las manos de Mahiru terminen de ejercer tanta fuerza cuando el sueño comienza a envolverlo nuevamente. Se gira aun con las protestas del castaño de mantenerse oculto en su espalda, para así abrazarlo y envolver sus manos en su pequeño cuerpo.
— Deja de quejarte, MahiMahi.
Algo susurra Shirota, y lo hace tierno por sus pequeñas muecas. Quiere acurrucarse y tirar de las mantas de la cama para taparlos a ambos, pero la puerta de su cuarto se abre de la nada y con bastante brusquedad.
— ¡NII-SAN! ¡ Estoy muriendo de frío en el sillón!...— Lawless grita emocionado y con una sonrisa avanza dos pasos al interior del cuarto — Lichtan no me quiere en el cuarto, ¿puedo dormir con ustedes?
Son contadas las veces que Kuro gruñe disgustado, y Mahiru puede sentirlo al tener su rostro casi rosando su cuello. Aun seguía medio adormilado, pero fue fuerte la tentación de querer posar sus labios en aquella zona y tratar de calmarlo.
Si no fuera por la presencia de Lawless en el cuarto, quizás lo habría hecho.
— Vete.
— ¿Cuál es el problema, Nii-san? Puedo dormir a los pies de la cama— Hyde avanza divertido con claras intensiones de acomodarse. Hasta que un fuerte almohadón le dio en el rostro a medio camino.
— He dicho; Largo, Lawless.
— ¡Pero! — otra almohada arrasa con los lentes de Hyde, y el chico se prepara para quejarse cuando nuevamente es golpeado con algo muchísimas más duro y pequeño. El despertador— ¡ Eso fue innecesario!
— Lo próximo será el velador.
Lawless se pone rojo al tratar de contener sus protestas. Ve a su hermano con medio cuerpo asomado, una de sus manos apretando con fuerza la esquina del pequeño velador del cuarto de Shirota, y su mirada bastante molesta dirigida sola, y exclusivamente hacia su persona.
— ¡Si mañana encuentran mi cuerpo congelado, será absolutamente tu culpa!
Kuro ignora el drama de Hyde, y vuelve a recostarse más cansado de lo que estaba cuando su hermano sale del cuarto.
— No me hubiera molestado que Lawless durmiera aquí — Kuro baja el rostro a su eve esperando que aquello fuera una broma. Shirota abre uno de sus ojos y sonríe — Es broma Kuro — "Gracias a Dios" mentalmente se dice el Servamp.
— ¡Y también será la culpa de Lichtan! — se escucha el grito desde el living resonando el departamento entero, y Kuro vuelve a gruñir esperando que el ángel se despierte y le dé una paliza a codicia por escandaloso.
— Kuro... — Pero la suave voz de Mahiru lo deja en trance y olvida por completo que tienen al par codicia alojándose en el departamento — Eres calentito... como un suave malvavisco.
Kuro no entiende sus balbuceo por unos segundos, hasta que sus neuronas hicieron conexión y lo iluminaron.
Había olvidado que devoró las gomitas de Lawless hace unas horas, y algunas de ellas se alojaron en la tela de su pijama. Dándole ese aroma dulzón y hostigante a caramelo. Sumado a la cantidad de ropa que traen encima, era natural que Mahiru pensara que era una especie de peluche abrazable... o un malvavisco...
Pero cuando Shirota se entere al día siguiente que dejó la cama pegajosa y con restos de dulces en ella, posiblemente le haría compañía a su hermano en el sillón...
Esperaba fervientemente que Mahiru se aferrara eternamente a él, y no se dé cuenta del desastre que hizo.
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Una pequeña historia esponjosa de azúcar para mi querida Damu~ Espero que haya endulzado un poquito tu día hoy, y sacado alguna sonrisa~ (Perdón por lo corto! Estoy atorada de trabajos y dolores de cabeza AAHH! (yo dando excusas))
Pero fue en contribución para apoyar el gran trabajo que hace ella y las buenas intenciones que tiene al hacerlos... Y también para expresar lo molesta que me encuentro personalmente por gente que quiere molestarla por un tonto malentendido... Creo que si sigo, haré una guerra aquí mismo lol
Pero olvidemos las penas y malos ratos! y que tus días se vuelvan a iluminar mi linda Damu!
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Daily Life
Fanfiction[Servamp/Yaoi] [Romance/Humor/Smut/Tragedia] [Sobre Natural/ AU] [One-shot/ Drabbles] [ Kuro/Mahiru] El día a día en sus vidas estaba llenas de memorias y recuerdos dichosos, y dolorosos. La cotidianidad y lo íntimo, cada uno de ellos indagando pro...