Mahiru Shirota refunfuñó en el cuarto de lavado por décima vez en diez minutos. Tenía una mejilla inflada en berrinche, y sus ojos ámbar mirando de mala gana como el agua llenaba la lavadora con calma e ignorancia.
Se cruzó de brazos y un extraño e inusual tic en su pierna comenzó cuando golpeo reiteradas veces su pie contra el suelo. Contó mentalmente hasta diez y por quinta vez, inhaló aire profundamente y mando el grito desde el baño hacia el living.
— ¡Kuro, te dije que trajeras tu cochina ropa ahora!
Y como llevaba esperando hace minutos, Kuro ni se digno a responderle y aquello le molestó más. Dejó la lavadora funcionando, y con grandes y fuertes pisadas fue a donde su Servamp estaba tirado. No le sorprendió para nada el verlo ignorante de sus reclamos, y disfrutar descaradamente la tv envuelto en una frazada con chucherías a su alrededor.
— ¡Acabo de limpiar aquí!, ¡¿Cómo demonios lo convertiste en un basurero de nuevo?!
— Eso no se pregunta, MahiMahi.
A Shirota se le subió la frustración a la cabeza. Tomó un extremo de esa abrigadora frazada y la tiró haciendo que el chico rodara en su estomago sobre el suelo al quitársela. Kuro se quejó mientras el castaño se iba regañando a su cuarto dispuesto a guardarla.
El servamp se sentó y se acaricio la nuca. Esa mañana Mahiru ha estado bastante gruñón... más que de costumbre. Aunque podría atribuir eso a las semanas de exámenes que estaba pasando Mahiru. El castaño se ha amanecido estudiando y terminando proyectos que apenas si tenía un tiempo de relajarse...
Entonces Kuro miró el suelo, y una tonta y pasajera frustración le carcomió el ser al ver el desorden que él mismo había provocado. Cajas de jugo y envases de papas fritas tirados, y las migajas haciendo compañía no eran buen panorama para relajar a Shirota.
— ¡Kuro lleva tu ropa a lavar, y te das una ducha! — Kuro se encogió en su lugar por el grito de Mahiru desde su habitación.
— Que molesto— apenas si musitó para sí. Y un tonto e infantil miedo le invadió al escuchar las pisadas de Mahiru acercándose nuevamente a su persona.
Consideró su propia forma de ayudar a Mahiru a calmarse como una negativa total, porque ante esos gritos de Mahiru era imposible. Prefirió simplemente a echarse al suelo y tratar de ignorarlo, o por ultimo, desviarlo del tema.
— ¡Kuro te dije que colocaras esa chaqueta en la lavadora! ¡hace semanas que no la lavo!
— Ahh... MahiMahi no puedo, a mi ropa no le gusta lavarse.
Bromeó. Porque de alguna forma, también le gustaba ver como Mahiru infla su mejilla ante el disgusto de llevarle la contraria, y como sus mofletes tienden a ponerse rojito y hacer de su aterradora mirada, una tierna y adorable que él disfrutaba contemplar.
— ¿A tu ropa dices?— el tic en la frente de Shirota le hizo reprimir una futura risita a Kuro.
— De hecho, ella me está controlando y no puedo levantarme — se alzó de hombros cuando Mahiru se le acercó, y casi cierra sus ojos cuando creyó que Shirota le golpearía su cabeza.
Y no se equivoco, Mahiru golpeo sus cabellos pero casi fue una caricia, y le desconcertó cuando el chico se agachó a su lado y comenzó con una nueva limpieza.
— Te ves cansado, Mahiru — analizó su rostro al tenerlo casi a un costado suyo.
— ¿Culpa de quién será?— Kuro suspiró cuando Shirota le mostró una mala mirada.
— Ya te dije que no fui yo. Mi ropa tiene voluntad propia.
Mahiru refunfuñó sin creerle y se levantó dispuesto a ignorarlo todo el día. Hasta que su propia mano fue apresada y su cuerpo empujado al suelo de nuevo. Se sonrojo cuando el cuerpo de Kuro estaba encima suyo, y sus propias manos capturadas sobre su cabeza.
— ¡Ku-Kuro! ¡¿Qué haces?!
— Te dije que mi ropa tiene vida propia. Y ahora no sé qué quiere hacer contigo.
Las palabras casi monótonas del servamp le hicieron a Mahiru subir su mirada y darse cuenta que en realidad no eran las manos de Kuro quien lo apresaba, sino las colas de su propia chaqueta azul. Tembló ligeramente al tener los ojos del chico sobre él, y su calor en el rostro aumento cuando su propia polera estaba siendo levantada. Todo con esas molestas colas que ahora cobraban vida.
— MahiMahi se esta sonrojando — y para colmo, su servamp se burlaba de él.
Kuro era un mero y fascinante espectador. Mirada con deleite y esa expresión de vago como el vientre de Shirota quedaba cada vez más expuesto. A veces, la estupenda reacción en su ropa traía bueno beneficios, en especial cuando podía fácilmente retener a Mahiru y que su prenda hiciera el trabajo de desvestirlo.
Hizo una sonrisa, y subió la mirada al rostro de Shirota esperando verlo sonrojado y sumiso, pero grande sorpresa se llevó al ver el fastidio y cansancio en sus tiernas facciones.
— Apestas, Kuro. Necesitas un baño.
Iba a responderle cuando la propia cabeza de Shirota golpeo su frente con fuerza. Se quejó y de pura inercia, se trasformo en gato por el dolor que le dejo la roca que Shirota tenía por cabeza.
— ¡A veces realmente eres molesto, tonto gato! — del cuello de su collar, Kuro fue jalado y llevado al baño.
— Mahiru, no maltrates a tu lindo y tierno gatito — Kuro movió sus patitas haciendo un perezoso escape, pero abrió más sus ojos al ver las verdaderas intenciones de su eve — ¿Mahiru? Espera, ¿qué haces?
— Estoy demasiado cansado como para darte un baño yo— Y antes de protestar y hacer una verdadera huía, Kuro fue tirado dentro de la lavadora.
— ¡Mahiru! — el castaño cerró la tapa de la máquina y la programó en un lavado lento y suave — ¡Sácame de aquí!
— Eres un vampiro, no morirás por esto.
Mahiru casi sonrió divertido al ver a Kuro girar dentro de la lavadora. Si su servamp no quería lavar su cochina chaqueta, entonces lo tiraría a la lavadora con ropa y todo.
Era más simple de esa forma.
*°*°*°*°*°*°*°*°*°*
Este MahiMahi no tiene consideración por Kuu-chan~ (?)
Un OneShot sin sentido por las "estupendas habilidades" que la ropa de Kuro puede hacer~~
Imaginen esas posibilidades~~ Es como tener dos Kuros (?) xd
Nos vemos en el siguiente!!~~
Bye Bye~
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Daily Life
Fanfiction[Servamp/Yaoi] [Romance/Humor/Smut/Tragedia] [Sobre Natural/ AU] [One-shot/ Drabbles] [ Kuro/Mahiru] El día a día en sus vidas estaba llenas de memorias y recuerdos dichosos, y dolorosos. La cotidianidad y lo íntimo, cada uno de ellos indagando pro...