IX. ¿Luna de miel?

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Estoy en el aeropuerto esperando a que Alexandre compre los pases para volver a casa y la verdad me siento muy cansada son las 12:00 am y no he podido dormir. Cierro los ojos y cuando estoy apunto de caer en un sueño.

- Listo - Alexandre me interrumpe mi sueño.

- Siento mucho hacerte pasar por esto - digo mientras me acomodo en el asiento.

- No, tranquila no te preocupes - dice sentándose al frente y apollando sus brazos en sus piernas - se que me dijiste que querías regresar a casa, pero... no lo haremos.

- ¿De que hablas?

Yo solo quiero regresar con mis padre descansar quiero desahogarme, tirarme en la cama y llorar por horas, tal vez por días. Solo quiero sacarme todo este dolor de encima.

- En casa todos creen que estamos de luna de miel. Así que por que no ir de luna de miel - recuesta su espalda en el respaldar de la silla - digo no es que vayamos a tener una verdadera luna de miel, solo digo... - se rasca la nuca - es para que descanses y puedas tener un cambio de aire.

- Bueno... tienes razón, lo necesito.

- ¡Perfecto!.

- ¿Hawai, es enserio? - esto es increíble, este hombre si que sorprende.

- ¿Qué? - dice con un tono divertido.

- Creo que esto.. me hará bien - colocó las manos en los bolsillos de mis vaqueros.

- Eso espero - me señala - tienes toda una semana para relajarte y distraerte.

- Bien, el hotel está lleno así que tendremos que hospedarnos en las cabañas - me explica.

Caminamos por un sendero hasta que llegamos a un conjunto de hermosas cabañas que se encuentran situadas sobre el agua vaya son magníficas y el agua es tan cristalina. Entramos a la nuestra y es linda tiene una cama matrimonial, adornos de bambú, todo esta descorado con flores.

- Duerme en la cama yo puedo dormir en el sofá.

- Oh vamos somos adultos, si quieres puedes dormir en la cama, también, además estamos casados - colocó mi maleta recostada al pie de la cama.

Abro los ojos, la luz del sol hace presente en la habitación, pero, no fue eso lo que me levanto, sino el ardor que siento en el pecho y el revoltijo que siento en el estomago así que me levanto de un salto y corro al baño. Cuando siento que ya está todo afuera me limpio y salgo, pero solo hago poner un pie afuera del baño y las náuseas regresan.
Desido darme un baño, cuando salgo Alexandre no está así que me visto y salgo a comer algo, porque muero de hambre.
Mientras camino hacia el hotel me distraigo un poco observando a las parejas que están aquí porque realmente están de luna de miel, después de caminar un rato llego a la cafetería y veo a Alexandre hablando muy animadamente con una chica. Dios mío es que no puede descansar un momento, tiene que andar siempre al asecho, salgo lo más rápido posible de allí para que no pueda verme, lo menos que quiero es interrumpirlo, llego a unos de los snack-bar y lo primero que hago es reírme de lo que acabo de ver, camino a la barra pido unas papas fritas con pollo.

Auxiliar de PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora