XXV. Amor

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Hace una semana no lo veo sonreír, no escucho su voz, no veo sus ojos. Se han convertido en los 6 días más largos de mi vida; lo visito todos los días, no soporto estar lejos de él. Me siento desamparada, desolada y perdida. Los doctores no paran de decir que es un chico joven y sano así que tiene muchas posibilidades de despertar; es solo cuestión de tiempo para que despierte y yo no quiero perder la esperanza; no puedo hacerlo; me moriría sin el.
- Buenos días mi vida - me siento junto a él en la camilla y le sonrió mientras sostengo su mano - No quiero que te preocupes por nosotros, estamos muy bien; sabes he estado pensado en cómo sería nuestro bebé - le acaricio el rostro - y ¿sabes qué?; nada de eso me importa, lo único que me importa es que llegue sano.
La puerta de la habitación se abre y volteó a ver a Marie que entra con una bandeja con comida - Bueno días corazón - levanta la bandeja y sonríe - necesitas comer.

- Gracias - le devuelvo la sonrisa - pero lo único que necesito ahora es que despierte - miro a Alex - mi único consuelo ha sido ese aparato ruidoso conectado a él - miro el odioso aparato - su ruido es lo único que me da aliento - vuelvo a ver a Alex - por favor despierta... necesito que despiertes.

Todo este tiempo he sido un poco egoísta con sus padres he querido estar aquí a solas junto a él, ellos siempre me lo han permitido. No he tenido nada que hacer más que llorar y pensar en todo lo que nos queda por vivir; no hemos tenido mucho tiempo, el nudo en mi garganta no desaparece; y si no vuelve a abrir los ojos no se que será de mi.
Me bajo de la camilla y me siento en el pequeño sillón junto a ella para comer un poco de lo que me trajo.

- Con permiso - aparece mi padre por la puerta - buenos días.

- Buenos días - digo antes de meterme un pedazo de manzana a la boca - y ¿mamá?

- Está en la capilla - entra y se coloca las manos en los bolsillos, mientras se queda viéndonos a ambas, cuando por fin se da por venció resopla y camina hacia nosotras - ¿cómo estás amor?

- Nada bien, toda esta mierda sigue igual - se me escapa con un suspiro - sigo adelante por mi bebe y se que no puedo recaer porque eso le afectaría, pero si Alex no despierta no creo poder soportarlo - cubro mucho rostro con mis manos - si tan solo no hubiera abierto ese mensaje esto no estaría pasando - pierdo las fuerza y lloro.

- Con respecto a lo de la foto... ya descubrieron de donde vino - el toma mi mano y le da un apretón - es la chica que te empujo por las escalates unos meses atrás.

- ¡Que! - me levanto - como es posible, papá pensé que ella estaba encerrada - me presionó la sien - que le he hecho yo para que me odie a morir - camino de un lado a otro.

- Tranquilízate Adelaida - Marie se levanta y corre hacia mi - No puedes alterarte - enserio me pide que no me altere cuando mi padre me acaba de dar esta noticia.

- Parece que nadie puso una denuncia en su contra por aquello - se sienta donde estábamos hace un rato nosotras y se toma las manos.

- Ósea que que Alex nunca.....

Auxiliar de PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora