Capítulo 4 - Tremenda fuerza y curiosidad

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Narra Gohan

—¡¿En serio, no hay ninguna manera?! —les grito desesperadamente.

Habían pasado dos días desde que ______ perdió la memoria a causa del deseo de Gashi. Todos los que estuvimos presentes nos habíamos reunido hoy para analizar la situación. Bulma nos contó que le hizo unos análisis... Sus resultados demostraban que no tenía ningún daño. Así que, todos habían concordado en que ______ se podría quedar por el resto de su vida así: sin recuerdo alguno de su pasado.

¡Pero me niego a aceptarlo!

—Gohan, cálmate, cariño —me dice mi madre, posando su mano en mi brazo.

Me dejo caer sobre la silla de golpe y llevo mis manos a mi rostro. No puedo creer que realmente vaya a perder a mi esposa... No después de todo lo que pasamos. Habíamos estado tanto tiempo separados que, cuando la volví a tener entre mis brazos, no quería separarme de ella. ______ era mi vida.

Narra ______

Me encontraba recostada en la cama que Bulma me dio. Su casa era bastante grande, pero no me apetecía husmear por ahí y perderme. Además, ella ni su esposo estaban en casa. No podría hacer nada sin su permiso.

«Pero...»

Me levanto de la cama y salgo del dormitorio. «Si Bulma ni Vegeta se enteran, no me pasará nada». Camino por los pasillos de su gran casa, que lleva el nombre de Corporación Cápsula. Al parecer, Bulma es una científica famosa y millonaria.

Giro en varias esquinas hasta toparme con un patio lleno de árboles en los bordes y solo césped en el centro. En medio del pequeño campo, estaba Trunks (el hijo de Bulma) y un chico se cabello negro algo largo. Trunks posa su mirada en mí y lo saludo, agitando la mano. El otro chico me mira.

—¡Hola...!

Pero no termina de saludarme, ya que Trunks le da un fuerte golpe que lo saca volando hasta un árbol y lo rompe en dos. Chillo al ver tal escena y corro a auxiliar al chico de cabello negro. ¿Cómo es posible que Trunks tenga semejante fuerza?

—¿Estás bien? —le pregunto al chico.

—¿Ah?

«Se ve aturdido».

—Lo siento —dice Trunks riendo—. ______, te presento a Goten; Goten, ella es ______.

—Pero si ya la...

Y Trunks lo vuelve a golpear antes de que termine su oración.

—¡¿Cómo es que tienes tanta fuerza?! —exclamo.

Una gota de sudor cae por su frente, pero continúo mirándolo fijamente y con el entrecejo fruncido, en señal de preocupación.

—Esto... ¡Entrenamiento! Sí, eso. ¡Entreno mucho las artes marciales! —dice atropelladamente, haciendo que dude un poco.

—Está bien...

—¿De qué hablan? —inquiere el otro chico... ¡Goten!, quien se posa a muestro lado sin ningún rasguño.

¿Cómo es que no le pasó nada después de los golpes que Trunks le dio?

—Trunks me decía que entrena las artes marciales —le digo.

—¡Oh, nosotros también! —dice. ¿Nosotros?—. Tal vez podamos hacer una batalla entre...

Y Trunks le pega por tercera vez en el día.

—¡Deja de pegarle! —le grito.

Ayudo a Goten para ponerse de pie y noto que ambos chicos son más altos que yo. Entonces, una duda aparece en mi mente.

—¿Qué edad tienen?

Ambos chicos se miran entre sí por mi pregunta; Trunks mira con seriedad a Goten, y éste se muestra confundido.

—Yo tengo quince —me contesta Trunks—, y Goten, catorce.

¡¿Cómo es que, siendo tan jóvenes, son tan fuertes?!

—Esto... Y-yo me voy —les digo a ambos chicos, señalando la puerta por donde entré.

Salgo corriendo del lugar, sintiéndome extraña por ver semejante fuerza en Trunks y Goten. Reposo mi cuerpo contra la pared en cuanto salgo y suspiro.

—¡No debiste actuar así, Goten! —le reprende Trunks. Me doy cuenta que puedo escucharlos, incluso a través de la puerta.

—¿Por qué?

—Debemos de guardar el secreto.

«¿Secreto?»

—¡Ya llegamos! —escucho a Bulma gritar desde la puerta.

Un alarma interna se enciende en mí y salgo corriendo hacia mi habitación, ignorando por completo lo que escuché en la conversación entre Trunks y Goten. Si no llego a tiempo, corro el riesgo de que éste sea mi último día con vida.

Giro en varias esquinas y pierdo la noción del espacio. No sé en dónde le encuentro, pero llego a una especie de laboratorio. Hay varias máquinas y muchísimos papeles llenos de letras. También hay instrumentos quirúrgicos, lo que me aterra aún más. Pero, finalmente, me acerco hacia una estantería algo alejada, cerca de la esquina. Hay papeles arrugados y con polvo, como si no los hubieran tocado en años. Me fijo en algunos papeles que hablan sobre mejores en el edificio de la Corporación Cápsula. Extiendo mi mano para tomarlos y leerlos con mayor comodidad, pero en eso escucho que alguien me llama y termino dándole un manotazo a las hojas por el susto. El polvo se alza y las hojas caen. Comienzo a toser y me pongo en cuclillas para recoger las hojas tiradas. Mi curiosa mirada se posa en la foto de una niña similar a mí. Algunos datos se borraron con el tiempo, pero se distingue alguna que otra palabra.

—¿“Veinticinco por ciento de raza Bomo”? —leo los pocos datos que se distinguen—. “Veinticinco por ciento de raza Humana y cincuenta por ciento de raza Saiyajin”... ¿Qué es esto de las razas?

De repente, en mi cabeza pasan varias imágenes que no analizo por completo.

«— ¡Ya están listos! —gritó una voz familiar que caminaba hacia y otras personas—. He hecho los análisis detenidamente y dicen que ______ pertenece a tres razas: es veinticinco por ciento humana,  cincuenta por ciento Saiyajin, y  veinticinco por ciento Bomo.

(...)

Las transformaciones se alcanzan al ver a una de las tres personas que más amas morir —continúa diciendo—. La transformación Bomo dios es muy difícil de alcanzar y controlar ya que se debe de tener el mayor sufrimiento de todos, pero al estar con tanto dolor se descontrola.

(...)

—¿Entonces, ______ nos puede matar a todos? —dijo alguien en tono preocupado. La voz familiar asintió.

(...)

—Eres peligrosa. ¡Vete! —me empujó.

(...)

Me creían un monstruo.»

¿Qué demonios?

—¿______?

Me giro bruscamente y vuelvo a dejar caer el papel. La persona que me busca es Bulma, que tiene una expresión de confusión en su rostro cuando me ve. Sin embargo, la más asustada en la habitación soy yo, ya que acabo de recordar sucesos que podrían ser falsos y sólo un producto de mi imaginación para llenar el vacío que tengo de mis últimos veinticinco años.

Mi Saiyajin FavoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora