Epílogo

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Narrador omnisciente.

Quince años más tarde.

El mayor se gira sobre su propio eje, sin saber exactamente dónde se encuentra su oponente. De repente, alguien sale volando hacia él y se estrella contra su torso, derribándolo con dirección al suelo. De no ser porque se encuentran a varios metros sobre el suelo en el aire, el mayor ya habría tocado el suelo y habría sido derrotado.

Sin embargo, este último, toma de la ropa a su nieto y cambia de lugar justo a tiempo para que él no sea quien toque primero el césped.

—¡Agh!

—¡Woo! ¡Gané! ¡En tu cara!

—No deberías de comportarte tan infantil, abuelo.

El azabache le extiende su mano y éste la toma, levantándose del suelo justo en el momento en que una nave espacial aterriza a unos metros de ellos. De ésta bajan dos mujeres y dos hombres, todos con una gran sonrisa en el rostro.

—¿Siguen entrenando? Goku, ya te había dicho que estuvieran listos para cuando llegáramos —les reprende la mujer de mayor edad que ha llegado.

—Tranquila, ______. De seguro tienen alguna razón para seguir entrenando.

—Gohan tiene razón. Sí la hay.

—El que no me hayan escuchado cuando les avisé, no es una —dice otra mujer que sale de la casa.

—¡Hola, madre!

—Hola, señora Milk.

—Gohan, ______, qué bueno verles otra vez.

—Y nos acaba de ver hace tres días —murmura una joven chica al muchacho a su lado.

—¡Te escuché, Mika! —le reprende su madre. El muchacho hace el ademán de hablar para proteger a la nombrada, pero es interrumpido—. Ni te atrevas a hablar, Milos.

—A todo esto, ¿dónde está Makoto? —inquiere el niño que entrenaba minutos antes.

—Estudiando —bufa ______—. Quiere seguir al pie de la letra los pasos de Gohan.

—Aburrido —canturrea Mika, tomando de la mano a Milos y alejándose hacia la sombra del árbol más cercano.

—¡No te aprov...! —Gohan calla al sentir la fulminante mirada de su esposa—. ¿Qué? Sé que es el novio de nuestra hija, pero que no se aproveche de nuestra confianza.

—Eres un tonto —bromea la azabache. Luego, se gira hacia el resto de la familia que tiene en frente—. ¿Ya están listos?

—Sí. Goten nos verá allá; salió con su novia.

—De acuerdo. Vayámonos, entonces.

—¡Al fin podré estar en mi primer torneo de artes marciales! —exclama el niño.

(...)

—¡¿Es una broma?!

—Lo siento, muchacho, pero las reglas son las reglas. Si no tienes quince años, no puedes entrar en el torneo de los adultos.

—¡Pero mi abuelo es Goku! ¡El que participó hace muchos años y es de los más fuertes del mundo!

—Ajá. Y mi abuelo está en silla de ruedas comiendo una tostada. Ahora, ¿podrías dejar pasar al siguiente?

—¡Oh, vamos! Déjeme hacer la prueba de fuerza y le juro que sobrepasaré a muchos de los competidores.

—¡He dicho que no! —exclama el hombre y empuja al muchacho fuera de la fila.

Mi Saiyajin FavoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora