Capítulo 29 - Amor

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Partes de mi cuerpo están entumecidas, al igual que todos mis músculos se encuentran tensos y doloridos. Siento mi piel arder en varios lugares, pero lo atribuyo a las heridas abiertas. Mis ojos se abren con lentitud y respiro profundamente; es como si estuviera moviéndome a duras penas. Desearía poder dormir, pero recuerdo la situación en la que me encuentro: la batalla contra Gashi. Me obligo a levantarme como puedo, ya que me siento jodidamente débil, y es que lo estoy.

Se me va el aire cuando veo a mi alrededor: hay rocas y cráteres por doquier, al igual que cuerpos de los soldados de Gashi. Entonces, mis ojos se posan en el cuerpo que tengo delante, quien es el sujeto que me había estado acechando durante seis meses. Gashi está con una herida en su estómago, que lo atraviesa de lado a lado y no para de sangrar. También le falta un brazo y tiene una pierna rota.

Sentiría lástima e intentaría ayudarle, pero sólo haría eso si no fuese Gashi de quien se tratara.

Me acerco a su cuerpo, sosteniendo mi brazo derecho, pues siento una aguda punzada en mi hombro en cuanto doy mi primer paso. A cada paso que doy, los recuerdos de la batalla regresan a mí; pero el que más me duele es el de Gohan en mis brazos, diciéndome sus últimas palabras para después morir en mi regazo.

—V-Veo que...

—Cállate —mascullo. Gashi escupe unas gotas de sangre—. No me importa qué vayas a decir. Tu vida ha terminado, idiota.

—V-Vamos... Podemos hacer... un trato.

Suelto una floja risa que logra callar a Gashi y hacerlo temblar.

—¿Un trato? Seguro bromeas...

—Jamás imaginé... que los Bomo fueran tan... fuertes...

Suelto mi brazo derecho, provocando otra punzada; pero la ignoro y apunto mi mano hacia la cabeza de Gashi. Ya no podrá molestarme más.

—Créelo, Gashi. Además, no soy sólo una Bomo. Soy también una humana y una Saiyajin.

Cuando estoy preparada para acumular la energía necesaria que terminará con su vida, Gashi comienza a reír escandalosamente, hasta que tose sangre de nuevo por la fuerza que aplica.

—Si perteneces a esas razas tan poderosas..., ¿por qué no protegiste a tu amado? —Siento una punzada en mi pecho—. No actuaste rápido...

—Pero lo vengué —interrumpo—. ¿Sabes, Gashi? —Comienzo a acumular energía en mi mano izquierda—. Hay algo que me motivó a pelear contra ti..., algo que no pudiste borrar de mi memoria y que jamás podrás...: el amor. Y eso es algo que jamás podrás sentir.

La esfera azulada se forma en mi mano y la disparo hacia su cabeza, provocando una explosión que termina con la vida de mi enemigo para siempre.

Llevo mi mano inmediatamente a mi brazo derecho, pues las punzadas son cada vez más fuertes que antes. Me concentro en los ki de mis amigos y los encuentro, aunque algo débiles.

—¡______! —me llama alguien.

Al girarme, veo una nave voladora de color naranja, de donde bajan Bulma, Milk, mi madre y Videl. Todas corren hasta mí y se apresuran a curarme, aunque dos de ellas buscan a los demás. Me abstengo de contestar cualquier pregunta que me hagan, pues de mi mente no sale la imagen de la muerte de Gohan.

—Milk.

Abro mis ojos más de lo normal al escuchar la voz del hombre azabache que se supone que es mi suegro.

—G-Gohan...

De reojo veo a la madre de mi esposo caer desmayada; sin embargo, no me muevo de mi lugar, pues sé que el cuerpo de Gohan está detrás de mí, siendo cargado por Goku.

Mi Saiyajin FavoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora