30.Guerra

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Addison Fray.

Sentía todo mi cuerpo pesado, debo de hacer más ejercicio seguido.

Me senté en mi cama, quede enfrente del gran espejo del tocador.

Me quite mi cazadora junto con mi blusa.

Me levante y vi mi abdomen aun tenia moretones de los golpes.

Me volví a sentar, solo quiero dormir.

Tocaron la puerta.

No hable, la volvieron a tocar y no respondí.
No quería hablar con nadie, que bueno que no Prendí la luz.

Entonces por él espejo vi una sombra o mas bien a alguien.

Esa persona se dio cuenta y por detrás me agarro, me puso un trapo en la nariz, aguante la respiración.

Me levante, chocamos contra él tocador, se cayeron algunas cosas, di un codazo, me voltee y tire un golpe.

Se escucho un quejido, rápidamente abrí la puerta.

—Atrapenla—gritaron.

Baje por las escaleras rápidamente.

—Haz lo más fácil querida—dijeron.

—Primero muerta—grite.

¿Acaso los demás están todos sordos?

Comece a correr por la casa, ellos venían tras de mi, tiraba todo a mi paso, llegue hasta la ventana que daba vista a la gran piscina de la casa.

Uno se lanzo contra mi,  rompimos la gran ventana y caímos al piso junto con todos los vidrios rotos, sentía varias partes de mi espalda arder.

Tome uno de los vidrios y se lo enterré.

—Aidden, Matt, Lana—grite.

Nadie aparecía.

Me sentía sola.

Seguí corriendo,  necesitaba armas, cualquier cosa para defender me.

Fui directo a la cocina, encontré cuchillos y los tome.

Espero que de algo me haya servido jugar con tía Agos y Mar.

Vi a uno acercar se y lanze él cuchillo, le di en él estomago.

Aproveche para subir las escaleras y fui al pasillo de las habitaciónes.

—Aidden, Daniell—grite.

Se escuchaban golpes en las puertas.

—Addison abre, los picaporte se atoraron, no puedo abrir—gritaban Jay junto con los demás chicos.

Intente abrir su puerta pero era en vano, no cedía.

Se escucharon balazos en él cuarto de Aaron, se abrió la puerta.

—Tarde pero seguro—dijo él lanzándome un arma.

—Gracias—dije.

Dispare al picaporte de Jay, quedo libre.

—Utilicen sus pistolas para abrir él picaporte—grito Aaron a los demás.

Jay salio.

No tardo mucho y las balas se escuchaban.

—¿Que te paso?—me pregunto él.

—En mi habitación, corrí—respire hondo— chocamos contra la ventana, se rompio—dije rápidamente, sentía que iba a vomitar.

Contra Mafias ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora