45.Enredos

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Jay Crawford.

Familia.

Familia.

Familia.

Sentí una ola de coraje recorrer todo mi cuerpo.

Me queda poco tiempo, no quiero entregar a nadie, se han vuelto mi familia, mis amigos, hermanos.

Tocaron la puerta.

—No estoy—dije.
—Mentiroso—dijo esa voz que aparece cada vez que necesito ayuda.

—Estoy desnudo—dije al ver que el pricaporte se movía.
—No seria la primera vez, acuerdate—dijo y termino con una risa traviesa.

Él recuerdo me golpeo, estábamos en la piscina de su casa.

Sofia entro y se decepciono rápidamente.

—Queria ver cuanto habías crecido—dijo ella e hizo un puchero.

Comencé a reír.

Me senté en la cama.

—¿Que tienes?—pregunto.
—Nada—dije.
—Eres igual de buen mentiroso que yo—dijo ella.

No creo que eso sea posible, reina de diamantes.

Sonreí.

—¿Kendall?—pregunto.
—Con ella me resigne cuando apareciste tu —dije.
—No me había dado cuenta, o sea de que tu sentías cosas por ella—dijo mirando hacia otro lado.

La alcancé y abraze.

—El tiempo casi se termina, sera mejor que te apures—repeti las misma palabras que mi papá dijo que le dijera a Sofia.

—¿A que te refieres?—pregunto ella.
—No lo se, la misma pregunta te hago, mi papá te lo mando a decir—dije.

La cara de Addison cambio rápidamente de expresión y termino con una sonrisa triste.

—Bueno, tendré que apurar me entonces—dijo ella.

Recordé que solo faltaban casi 2 meses para el plazo que me dio él FBI.

—Creeme te comprendo—dije.

Ella se levanto y se acerco de nuevo a la puerta.

—Estoy muriendo lentamente gracias al titulo de la reina de diamantes, Jay—dijo ella.

Me levante de la cama e intente tocar su delgada espalda, pero ella salio de la habitación y cerro mi puerta.

Siempre dejaba dudas.

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Daniell Fabozzi.

Contra Mafias ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora