12. Última Palabra

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Respira, respira... no pienses en otras cosas, no. la televisión no ayuda mucho, son casi las nueve treinta de la noche, y no he encontrado nada que me guste en la programación así que le deje en un noticiero.

— ¿Sigues ahí?

— Si...— a pesar el ruido de la tele y del agua cayendo, escucho perfectamente a Niko. Quizá muy perfectamente. Hace unos seis minutos, Niko se metió al baño a ducharse... y es muy difícil no dejar volar mi imaginación— está haciendo mucho frio, vaya ¡Ni lo he sentido!— la única forma que puedo mantenerme pensando cosas normales es ver el noticiero.

— ya estás muerto, tonto. Pero ¿frio? que intenten bañarse a esta hora en Rusia y sabrán lo que es frio— ¿se está enjabonando? Mierda, mierda...

— ¿De verdad?— ¡Esto no me pasaba antes! Mucha imaginación para mí. Niko nunca habla mucho de Rusia, ah, si... mucho mejor. Desde que lo conozco, Niko muy pocas veces menciona Rusia, ni siquiera le he escuchado hablar en ruso propiamente, es decir, solo le escuchado hacerlo cuando pelea, y aunque no entiendo lo que dice, estoy casi seguro que está diciendo groserías.

— ¿Por qué estás viendo un noticiero?— porque no quiero dejar volar mi imaginación.

— porque si...

— idiota. Hey, sal de mi habitación— ¿ah? ¿Ahora que hice? Miro la puerta de madera del baño. No es suficiente para encerrar el olor del shampoo de Niko, algo mentolado.

— ¿Por qué?

— olvide meter mi ropa— aun escucho el agua caer, ya no le falta tanto para acabar... espera ¿¡Que olvido qué?!

— ¿Qué? Pero...

— Solo salte— refunfuña— estúpido marica pervertido— dice, en voz muy baja y que escucho aun así.

— Aun puedo oírte— le digo, levantándome de la cama donde había estado.

— ¿Entonces qué esperas para largarte?— el ruido del agua se detiene. Y Niko de seguro está ahí, mojado, con el cabello goteando, oliendo a jabón frutal, desnudo... ¡Aaahh! Tiene razón, tengo que salir de aquí. ¿Cuánto tiempo me quede divagando? Escucho la perilla girar— ¿Drew?

— Dime cuando pueda entrar otra vez— de alguna manera, he salido en segundos. Es raro acostumbrarse a esto. Por un poco y me metía en un problema innecesario con Niko, estoy seguro que no sería tan delicado con esto si yo no fuera gay. Y eso me molesta.

— Vale, no tardo tanto— no han pasado muchos días desde que llego ese otro vampiro, Soren. Ahora tengo una idea de que hacer, y todo gracias a Niko. No solo tengo que hacer eso, en casa también tengo que ir para que no sospechen nada raro con mis ausencias. Hasta ahora, solo he llamado de vez en cuando a mis padres.

— oye Niko ¿no te molesta que me esté quedando?— sus pasos se acercan y luego la puerta se abre.

— no estarías aquí si me molestara— dice. Ya va vestido, pero descalzo. Una toalla en su cabeza impide que vea su cabello— ya te dije que no te pases pensando eso.

— Bien— no estoy muy seguro de quedarme aquí, pero sí sé que estoy mucho menos seguro yéndome a otro lado. No sabría qué hacer. Niko regresa, sentándose el sofá puff que suele usar.

— Como sea, aun me agradas, no como ese pesado imbécil que tienes por creador— ¿eh? ¿Otra vez esa sensación? Es como la primera vez que Soren vino, pero no escucho nada ¿andará cerca? ¿O acaso será Anya?— ¿Drew? ¿Pasa algo?

BloodlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora