28. Desmoronar

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Ah, maldición. Odio despertar. Cuando duermo, nunca tengo sueños, o quién sabe, no me acuerdo si los tengo, y eso es algo jodidamente bueno, ya suficiente tengo cuando estoy despierto. Frio, joder ¿ahora hace frio? Como detesto los climas cambiantes, al menos en Rusia siempre podías contar con que hacia frio. Algo me toca la frente. Doy un manotazo y veo a Ann de pie a un lado.

— ¿Qué haces aquí?

— también me da gusto verte Niko— ¿Qué hora es? Estoy perdido, lo último que me acuerdo es haber visto a Drew, y ahora Ann.

— ¿Qué no ya no ibas a venir?

— siempre sí. Drew cambio de opinión, otra vez estamos en el mismo equipo— me dice, sentándose en la cama. Estupendo, ¿en que está pensando ese idiota?— ¿A dónde vas?

— no te importa— ni doy dos pasos y ella ya está en la puerta, impidiendo el paso— ¿Qué carajos te pasa?— arg, no tengo humor para molestarme tanto.

— Asegurándome que no te metas en problemas— ¿lo sabe? No tengo ni puta idea de que ha pasado desde que me dormí.

— voy a la cocina por agua. Dudo mucho que haya problemas a menos que quiera ahogarme en el vaso— ella no se ríe, pero me deja pasar. Ni que fuera a ir descalzo a la calle. Es lo que más me fastidia de las pastillas, que cuando pasa el efecto me quedo muy aturdido. Al menos no me siento como una mierda— muchacho— Mishka me salta, lamiéndome la cara— ¿quieres dar un paseo?

— yo lo llevare.

— ¿Qué, ahora eres mi carcelera?— la ignoro, mientras entro a la cocina. El reloj de microondas dice que son las diez. ¿Dormí todo el día? Mierda. Si Ann se larga, yo también me largo.

— sin problemas, eso fue lo que me dijeron.

— ah, si tú haces todo lo que te dicen— me bebo dos vasos de agua, y también saco una lata de soda del refrigerador— me da igual lo que hagas, solo no me fastidies— realmente no tengo ganas de salir. Regreso a bañarme y cambiarme la ropa, estos son las únicas cosas que puedo hacer sin que Ann este de mirona, y no me quedo convencido de que no lo haga.

Ann está en la entrada de la habitación, con Mishka sujeto con la correa.

— no iremos lejos ¿eh?

— iré a donde quiera.

— Niko, no me obligues a usar la fuerza— es una jodida desventaja ¿Cómo se supone que pueda hacer algo? Genial, tantas malditas peleas para que sea una chica quien me gane. A mi favor solo diré que es una vampira.

Solo camino, no le digo a donde voy porque ni yo lo sé, solo quiero tomar un poco de aire antes de volver a dormir. Ann no habla, lo cual es muy raro, porque ella siempre habla. Ah, aquí afuera no hace frio.

— entonces... ¿otra vez esta ese ridículo plan?

— No es ridículo— dice, arrugando la nariz— vamos a volver ya, siento vampiros cerca. Y solo para que sepas, pronto va a terminar todo.

— sí, claro, han dicho eso desde que llegaron.

— pero ahora si tenemos todo listo. O casi, Soren está planeado cual sería la mejor forma de entrar.

— ¿Por la puerta?— pregunto estúpidamente. Ella solo me entrecierra los ojos. Mishka anda casi corriendo, por eso no le suelto la correa. Regresamos a casa, no hemos salido ni media hora. Después de quitarle la correa al perro, me voy derecho a mi cuarto.

BloodlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora