39.-In memoriam

74 12 10
                                    



La sala ya está vacía, o eso parece a simple vista. Detengo a Niko cuando veo que la sala no está sola, aun quedan unos cuantos vampiros. Ninguno parece estar interesando en nuestra llegada. Me cubro la nariz, intentando no prestar atención al olor a sangre y a quemado que llena todo.

— Drew...

— Deberíamos volver, las cosas todavía no terminan— estoy preocupado por Victorie también, se que está bien, que ningún vampiro ha pasado por aquí, porque este es uno de los caminos y no nos topamos con nadie, pero hay más caminos también.

— Parece que esta por acabar— murmura— volvamos con tu hermana— me alegra tanto que lo diga que casi puedo regresar corriendo. Niko cojea un poco, no me dijo que también se había lastimado un pie.

— ¿quieres que te...?

— ¡Soren!— ambos nos giramos, yo más rápido que Niko, la voz de Anya fue muy audible. Apenas veo lo que está pasando, mi cuerpo parase adivinar lo que pasara, porque pongo la mano para que Niko no avance, incluso doy varios pasos para atrás, pero soy más lento en procesar lo que veo.

Es muy tarde cuando vemos como Anya termina en medio de Soren y la espada. Solo de ver casi puedo sentir yo mismo el dolor que ella debe estar sintiendo. No se oye nada mas, luego... luego Anya solo... ella solo... dios, solo se va.

— ¡Ann!— solo porque estoy sujetando a Niko no sale corriendo hacia allá. Niko comienza a gritar en ruso cosas que no entiendo, intenta soltarse, pero le tengo tan bien agarrado que es imposible para él. Nunca había tan fácil sujetarlo.

— Niko...— maldición ¿no puede quedarse quieto? No quiero lastimarlo, ah, vamos el mismo se va a lastimar si sigue forcejando. El grito que da Soren cubre los gritos de Niko, hace que desee cubrirme los oídos— vamos, Niko...— es una suerte que sea más alto, porque sería realmente difícil moverle. Le logro atrapar los brazos, y le abrazo, pegándole a mí. Con mi mano impido que mire lo que va a pasar.

— suéltame...

— tenemos que irnos.

— ¡Drew, joder, Ann...!

— No hay nada que hacer Niko, Anya ya no está— ¿ese soy yo? Mi voz es anormalmente calmada, me asusta— no hay nada que podamos hacer por ella ahora— Niko jadea, deja de moverse.

— ¿nada?

— No— le hago caminar hacia atrás. Me concentro en su rostro, necesito estar atento a algo. Niko no parece querer moverse, le tengo que levantar unos tramos. Me sorprende dar vuelta y encontrar el pasillo donde estábamos. Escucho los cada vez más débiles y erráticos latidos del corazón de mi hermana. No pasara esta noche. Suelto a Niko, él solo se queda de pie mientras yo voy a ver a Victorie.

Ver a mi hermana me causa dolor, un dolor extraño. ¿Anya en serio está muerta? Claro que está muerta, la vi volverse polvo. ¿Cómo paso eso? Hace un rato estaba aquí, trajo a Victorie, ella... salgo a pasos rápidos de la habitación. Creo que estoy hiperventilando, pero no siento gran cosa, la falta de aire no me afecta. Me voy a la habitación más alejada que, la que está al fondo del pasillo. Me siento en la cama, doblando las rodillas y poniendo mi cabeza en medio. Me paso las manos por mi cabello. Esto es culpa mía ¿no? Ojala nunca me hubiera convertido, ojala Soren nunca se hubiera fijado en Niko, así yo nunca tendría que haberle defendido. Mi respiración es lo único que escucho, no me calma.

— Drew— Niko está en la puerta, tiene la mirada un poco ausente. Yo no me siento mejor. Anya no era tan amiga mía, pero me agradaba, me caía bastante bien, ella me ayudo varias veces.

BloodlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora