Maratón 1/?

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Me encontraba desayunando cereal con leche en la sala mientras veia television. Aburrida.

Eran las 4 de la mañana y no podía dormirme.

Aaron estaba conmigo mientras desayunaba tambien.

-¿Porque me despertaste?-pregunte aburrida y con demasiada flojera

-Porque tenia hambre, ademas, no quería estar solo aquí

-Las tres de la madrugada es la hora del demonio-dije inconscientemente

-¿Que?-susurro asustado

-No debiste levantarte ya que desde las tres a las 5 de la mañana, se aparecen los fantasmas mas siniestros que puede haber, sin olvidar que el cuerpo se hace mas débil porque los demonios cruzan el mundo de los muertos al de los vivos-murmure mientras volteaba mi cabeza hacia el que estaba mas asustado que yo cuando entro a mi habitacion a dormir conmigo.

-¿De verdad?, Erika, tengo miedo-dijo mientras me abrazaba.

***

-Erika, ¿tu me quieres?-pregunto Aaron mirándome como siempre, curioso.

¿Que clase de pregunta es esa?

-Claro que si Aaron, ¿porque lo preguntas?

-Solo quiero saber, ¿Me amas mas que a Diego?-

-Ahh, bueno, una cosa es querer y otra es amar-suspire nerviosa

-¿Pero me amas?

-Te amo, pero como a un hermanito.

Aaron frunció el ceño y se quedo un rato mirándome así hasta que por fin hablo...

-¿Si te compro un perro, me vas a amar?

-Oye, mi amor no lo puedes comprar, a menos que me regales Nutella y un paquete de galletas Oreo y mi perro, pero aun así no lo puedes comprar-Esto se vuelve cada vez mas incomodo de lo que esperaba.

-¿De que raza te gustan?

-Creo que un San Bernardo estaría bien-

Torpe

¿Para que se lo dije?

Tonta

-Mmm

De pronto, el me sonrió y después se acerco a mi hasta darme un beso en la mejilla y luego irse a su habitacion dejándome sola y confundida.

Diego

Mis patas corrían todo lo que podían pero al parecer esa cosa me estaba alcanzando. No pensaba volver a casa hasta que Eso no me haya dejado en paz, no quiero que sepa donde vivimos y terminar haciendo una guerra entre ellos y los Hombres Lobo, al menos no por mi culpa.

Corrí hasta llegar a la barrera que separaba sus tierras y la de los Hombres Lobos. Esa criatura había roto el tratado de paz al pasar por nuestro territorio y matar a un cachorro ademas de herirme. Pero eso no me importaba, si sabia que Erika era la elegida, la rebelión  entre todas las criaturas mitológicas ira en nuestra contra. Y eso lastimaría a Erika haciéndola vulnerable ante todos, ella solo es una cachorra, es mi deber protegerla.

Tenia que perder el rastro de Eso.

Lo que haya sido la razón para que viniera a nuestro territorio y matara a uno de nosotros no debería ser suficiente para que lo tomen como inocente.

Después de correr dando vueltas por todo el bosque entendí que no me dejaría en paz al menos que lo cazara para que no hiciera daño a nadie mas...










Mi pequeña mateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora