(Hermoso conjunto de ropa hecho por: Chochidenali)
Después de unos minutos de estar comiendo, la puerta de mi habitacion fue abierta bruscamente.
-¡Erika! ¡Erika! -dijo Sean desesperadamente.
-¿Que? -dije mientras seguía comiendo.
-¿Adivina que paso?
-¿Que? -repetí
-¿Adivina? -dijo emocionado.
-¿¡Que!? ¡Maldita Sea! ¡Habla de una vez, ya! -dije desesperada.
-Bueno pues... -dijo y se sentó conmigo- Mi hermana se entero que llegamos hoy así que dijo que vendría junto con Aaron mañana. Ademas, Verónica quiere conocerte y dijo que tambien iba a venir, ¿no es grandioso?
Mmm, ahora si iba a conocer a la dichosa ''Verónica''
-Claro que lo es -hable con una falsa sonrisa -Me encantaría conocer a Verónica. -esto seria divertido.
***
A la mañana siguiente, me desperté yo misma y aun no se porque, normalmente me despierto después del mediodía, hasta que luego me despierta Sebastian para molestarme.
Me levante de la cama y fui a buscar lo que me pondría para la visita de la hermana de Sean y su ''amiga''.
Cuando al fin encontré que ponerme, me metí a bañar. Después de una intensa ducha con agua tibia, salí enredando mi cuerpo en una toalla.
Me fije en el reloj y eran las nueve de la mañana. Ellos llegarían a las dos de la tarde así que tenia mucho tiempo para cambiarme y desayunar lo mas lento posible.
Me puse mi ropa interior y luego un short para después ponerme el vestido, el suéter lo dejare hasta cuando sean las dos de la tarde. Luego me coloque las zapatillas de tacón bajo y me peine haciéndome una trenza de lado.
Sali de mi habitacion y me dirigí a la sala donde muchas personas estaban desesperados caminando de un lado a otro.
Pero no había rastro de Diego ni de Sean.
-¿Donde esta Sean? -pregunte a cualquiera que me escuchara.
-Esta arreglando su casa, allá sera la comida. -dijo una señora muy maquillada. ¿Quien es esta?
-¿Y por que están arreglando aquí?
-Porque el Alfa nos lo ordeno. -dijo irritada aquella mujer marchándose de mi lugar.
Así que mi papa tambien hará una fiesta aquí eh.
Quien lo diría.
Camine a la cocina y prepare un sándwich con verduras y un pedazo de jamón. Esa señora se llevo mi preciada Nutella y mi crema de maní.
Comí lo mas lento posible y cuando termine, fui a la habitacion de Sebastian y abrí la puerta de un portazo.
No se levanto pero no me importaba, tenia pensado hacer algo mas que asustarlo.
Me subí a su cama y le pique los parpados. El me pego en la mano aun dormido y como estaba de lado, se puso boca arriba.
Eso era lo que quería.
Me senté a horcajadas encima de el y susurre en su oído- Sebastian de mi corazon, soy tu mas preciada chica de tus sueños, levántate y hazme el desayuno.
-Sof-Sofia... -murmuraba adormilado.
¿Sofia? ¿Quien es Sofia?
-Si, claro, soy Sofia, tienes que levantarte.
-Pri-primero dame un beso... en los labios...-susurro.
Que mañas tienes Sebastian.
-¡¡Despierta!! -grite y le solté un bofetón en la mejilla derecha.
-¿¡Que!? ¡Estoy despierto! -grito incorporándose tirándome de la cama de espaldas.
-¡Dios! ¡Sebastian no tienes que ser tan brusco! -resople levantándome del suelo.
Me reí por la reacción que tuvo Sebastian pero me queje porque si me dolió el golpe.
-Niña tonta, ¿que haces aquí? ¿y... con esa ropa? -murmuro viéndome de pies a cabeza.
-Hoy es la reunión.
El suspiro y se volvió a recostar en la cama.- Que aburrido.
***
-¡Erika! ¡Despierta! ¡Ya es hora! -decía Sebastian brincando en la cama.
-¡Ya me desperté! -grite levantándome rapidamente. Mire a todos lados desorientada y después de un par de minutos, ya estaba en mis cinco sentidos. -¿Que hora es?
-¡Ya es tarde! ¡Es la 1:55! -exclamo desesperado.
-¿Podrías dejar de gritar? Cielos, tengo mucho sueño.¿Acaso me diste droga?
-Lo siento ¿si? y no, jamas te daría droga. Aun eres menor de edad
-¿Que estamos esperando? Vamonos ya. -musite y me salí de su habitacion para luego entrar a la mía y ponerme mi suéter.
Baje las escaleras corriendo y cuando abrí la puerta, ahi estaba Sean.
-Te vez hermosa, Erika... -el sonrio y me dio un corto beso en los labios. Sebastian llego a nuestro lado y murmuro algo que no alcance a escuchar.- ¿Ya? Esta bien, vamonos.
Salimos de nuestra casa y fuimos al carro de Sean. Justo cuando me iba a sentar en los asientos traseros el me tomo de la mano.
-Tu vienes conmigo, preciosa. - Abrió la puerta del copiloto y entre al carro. Después, Sebastian se sentó atrás y luego Sean rodeo el auto por atrás y entro tambien en este.
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Mi pequeña mate
Hombres LoboLas viejas leyendas de hombres lobo son reales. Tal vez no sean tan sádicos y sin amor como los cuentos, No... Algunos de ellos son cariñosos y románticos, ellos solo protegen lo que es suyo. Anhelan a su pareja desde su primera transformación y la...