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Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.

Me regrese y vi a todos bastantes serios.

Mi papa estaba sumamente enojado.

Lo que me faltaba.

-¿Que sucede? -dije utilizando de todo mi auto control para no golpear a Simón.

-La reunión no termina aquí -dijo Simón, mientras se arreglaba la corbata.

-Para mi si -musite.

-Erika -espeto mi papa- Ha dicho que aun no acaba la reunión. Regresa y toma asiento en este mismo instante. -estaba furioso.

A regañadientes regrese y me senté viendo a todos con odio.

  -Oye tranquila, todo estará bien. -dijo Diego a mi lado tomando mi mano dándole un suave apretón.

-Arreglaremos esto, preciosa -dijo Sean, mirándome con ternura. Después, se dirigió a Simón. -¿Que era el problema que contaría?

-Muy bien, ignorando el hecho de que ''Erika'' actuó de manera inmadura...

-¡Inmaduro su trasero! ¡Grandisimo hijo de...! -grite perdiendo toda la paz que intentaba tener. Pero alguien me tuvo que interrumpir.

-¡Erika! ¡Vuelves a decir una sola palabra mas y te juro que te encierro en tu habitacion! -exclamo al borde de la histeria.

-Como si tuviera ganas de gastar saliva hablando con personas que se creen el rey del universo. -murmure enojada.

Aunque pensándolo bien, no se puede encerrarme en mi propia habitación porque el seguro lo tiene por dentro.

Ja, buena esa papa.

-Parece que tendrán que ponerle una mordaza a su hija. -hablo Simón. Mi papa no hizo nada, solo se quedo callado.

¿Que les sucede?

-Con todo respeto Alfa, usted no tiene derecho a decidir lo que le hacen a mi Luna. -Dijo Sean. Hasta que al fin alguien se digna a defenderme.

-De acuerdo, Sean, solo intento decir que controles a tu novia. Puede que entre en problemas por su mal habito de interrumpir con insultos.

-Eso es asunto mio. -ataco Sean

-¿Porque simplemente vamos al grano para irnos a nuestra casa contentos? -musito Jerry, que lo único que había estado haciendo en toda la reunión era jugar con Emiliano.

-Jerry tiene razón, tengo asuntos que arreglar -dijo mi papa mirándome amenazador amente.

-Esta bien, este es el asunto -murmuro Simón juntando las palmas de sus manos -Dentro de cuatro días, comenzara la época de celo. Y, como ya saben, aquí tambien habitan hombres lobo, algunos son solitarios y no tienen mate, pero ese no es el problema. El problema es que ustedes seguirían aquí. Y como la Luna aun es pura, les sugiero que se vayan antes de que empiece.

Todo se quedo en silencio.

Después de varios minutos todos se despidieron y ahi, fue cuando acabo la reunión.

***

Llegamos a nuestra habitacion y los chicos corrieron por sus maletas.

Empezaron a arrojar cosas que eran mías y que había acomodado en un closet pequeño. Habían algunos boxers de ellos en el mismo closet y camisas color blanco.

-¿Acaso estar aquí es muy muy malo? -Pregunte quitándome los tacones. Los deje por ahi tirados y camine hacia ellos.

-Es mucho peor que ''malo'' -dijo Diego agarrando unas toallas.

-¿Porque? ¿que tiene de diferente estar aquí que en donde vivimos? 

-Erika, créeme es mucho peor -Murmuro Sean cerrando la maleta para después agarrar otra. ¿Porque empacaban si ni siquiera teníamos tanta ropa fuera de las maletas?- Mira, una vez estuve aquí en la época de celo, fue cuando tenia unos siete años, todos los hombre lobos se descontrolaron. Aquí es mucho peor porque, al no tener un Líder que les ponga limites, ellos pueden hacer lo que sea. Son muy salvajes a la hora de... ya sabes... tener un encuentro intimo. No les importa si te duele cuando lo estén haciendo, simplemente se dejan llevar por sus instintos. Tu no puedes estar aquí, te destrozarían. Es por eso que nos vamos. -me dio un beso en los labios y siguio haciendo su trabajo. Luego se volvió hacia mi una vez mas.-La época de celo empezara en cuatro días en donde vivimos, son distintos horarios así que tenemos que irnos ya antes de que empiece ahora.

-Pero... yo... me marcaron... ¿acaso eso no los detendría? -balbucee 

-Ojala fuera así de fácil, preciosa, créeme que ellos solo buscan meter su...- me miro a los ojos- Solo quieren satisfacer sus necesidades de la manera mas salvaje. No creo que respeten la marca de Diego y mía.

La puerta fue abierta siendo azotada por mi papa.

-Muy bien Erika, necesito... -me miro fijamente y luego abrió los ojos como platos.- ¿¡Has dejado que te macaran!?

Joderrr.

-Papa yo...-intente explicar pero el fue mas rápido llegando a mi lugar para darme una bofetada haciendo que se me ladeara la cabeza.

-¿¡Como pudiste hacerlo!? ¡ Aun eres muy pequeña para decidir si te marcan o no ! ¡Jamas había pensado esto de ti, Erika. ¿Como se supone que tenga que pasar la época de celo sabiendo que mi hija pequeña dejara de ser virgen por solo un momento de calentura entre los tres? ¡Son dos hombres los que te desvirgaran!

-Se que es su padre, pero, estoy en todo mi derecho de reclamar que nunca vuelva a pegarle a mi mate -dijo Diego poniéndome detrás de el. 

-¡Tu cállate! ¡Ella es mi hija y tengo mas derecho que tu a hacer lo que se me de la gana! -reclamo mi papa.

A estas alturas, créanme que estoy llorando como una maniática. Me dolió la bofetada pero me dolió aun mas que mi papa dijera todas esas cosas sobre mi de un modo tan cruel como lo hizo.

Sean se puso a lado de Diego intentando cubrirme de mi papa.

-Perdió todo cuando dejo que ella se quedara a vivir conmigo, y lamento decirle esto pero, Erika ahora es responsabilidad de Diego y mía.

Alguien mas entro en la habitacion desesperado.

Era el mismo chico que le dio la noticia a Sean sobre la reunión.

-Alfa, la época de celo ha comenzado. 


Mi pequeña mateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora