Capitulo 45

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-No puedo hacerlo

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-No puedo hacerlo.

-¿Por qué no?

-¿Qué clase de pregunta es esa?

-¿Cuál?

-Olvídalo.

Diego dijo que me cambiara aquí, solo que ellos harían alrededor de mí una barrera con toallas para que nadie me viera desnudarme. Pero obviamente les dije que no porque sé que ellos me mirarían.

-Muy bien, pero entonces no te quejes cuando tengas frio.

-Genial, para eso existen las cobijas.

Nos fuimos de ahí, obvio que yo estaba enredada en la toalla y ellos traían algunas cosas que ocupamos. Preferimos que todos dormiríamos en la misma habitación así que solo iríamos a dejar las cosas por ahí tiradas y luego dormiríamos.

Cuando llegamos al hotel, Subimos en el ascensor y como nuestro piso era el último pues no tuvimos que parar en ningún lugar.

Llegamos a nuestro piso y decidí abrir la puerta de la habitación porque los chicos cargaban las cosas.

Prendí la luz de la habitación y rápidamente fui al baño a cambiarme. Me tuve que poner otro pijama ya que era de noche.


El baño tenía una tina, así que la llene y estaba dispuesta a pasar un buen rato disfrutando de la tranquilidad.

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Después de un relajado momento, salí de la tina y me cambie. Cuando abrí la puerta del baño todo estaba oscuro, otra vez.

Supuse que Sean y Diego se habían ido por unas cosas que dejaron en recepción y no me preocupe.

Camine a tientas hacia la cama y cuando logre por fin llegar a esta, me subí y me recosté.

Luego de un rato sin poder dormirme, sentí que la cama se hundía a los dos lados de la cama, intentando asustarme.

-Diego, Sean, sé que son ustedes.-murmure prendiendo la lámpara que estaba a un lado de la cama.

-¡Rayos! ¿Cómo lo supiste? -musito Diego.

-Ustedes son los únicos que estaban en la habitación. Además, sus perfumes los delatan.

-¿Y bien, ahora que haremos?- dijo Sean.

-Dormir.- Suspire y me recosté en la cama.

-Oh vamos Erika, yo sé que quieres hacer todo menos dormir. -Diego pasó su mano por mi muslo.

-No en serio, quiero dormir. Estoy cansada.

-¿Pero de qué? -pregunto Sean- ¿Acaso estas cansada por la sesión de besos y caricias que te dimos? Porque déjame decirte que yo no estoy cansado y apuesto a que Diego tampoco.

-Pues como ustedes no saltaron en las olas, ¿verdad?, ni tampoco corrieron por la arena y no los manosearon.

-A mi gustaría que me manosearas -susurro Diego en mi oído.

Los ignore, de verdad estaba cansada. Quería dormir mucho porque ya faltaba casi una semana para mi cumpleaños y después de mi transformación no dormiré tanto.

-Erika...¿ya te dormiste? -mi hombro fue movido lentamente por las grandes manos de Sean.

-No, estaba practicando para cuando me muera, ¿porque?-respondí con sarcasmo.

-Auch, tu sarcasmo me hiere.

-Lo se, me da orgullo de que sea así.

-¿Solo vamos a dormir?

-Realmente si, quiero dormir.-susurre adormilada y me acomode dándole la espalda a Sean.

-De acuerdo.-dijo Diego.

-Si, sera lo mejor, mañana sera un día duro.-susurro Sean.

Sean me abrazo de la cintura y Diego, sin siquiera esperarlo, me agarro del trasero y me acerco a el.

-Lo siento, así estoy mas a gusto.-murmuro mientras me daba un beso en la frente.

Blanquee los ojos y por fin me dormí.

Mi pequeña mateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora