Cerre con pestillo la puerta y camine hasta recostarme en la cama mientras suspiraba.
Cali me miraba desde la puerta.
-Ven aquí -dije y palmee a un lado de mi.
Ella vino hacia mi y de un brinco se subió en la cama recostándose en donde le dije.
Odio esas platicas sobre la sexualidad con los padres. Solamente que, Sebastian tambien la quiere tener conmigo. Suficiente tengo con la escuela y con los psicólogos que mandan dándonos consejos sobre no tener relaciones porque podemos quedar embarazadas y ni hablar de las enfermedades.
-¡Erika! -dijo Sebastian tocando la puerta repetitiva mente.
-¡Ni creas que voy a salir! -grite
-¿No quieres comida?
Me levante rapidamente yendo hacia la puerta con Cali siguiendo mis pasos. Abrí la puerta y Sebastian estaba parado frente a mi viéndome divertido.
-Era una broma, ¿Cierto?
-Si -dijo riendo
-Engañada por mi propia familia. -murmure viéndolo seriamente.
-Mentira, pero si hay comida. Mi papa se fue con sus amigos...
-¿Tiene? -reí con gracia
-No te hagas la graciosa. ¿Sabes lo que le pasa? Estaba muy molesto. -salí de mi habitacion con Sebastian a mi lado. Iba a la cocina, estaba muriéndome de hambre, todo por no haber desayunado ni comido algo en avión.
Me sentía mareada pero solo pensar en algún paquete de galletas me hacia sentirme un poco mejor.
-Solamente es egoísta. -murmure
-¿Quien? ¿Mi papa? ¿Porque dices eso? -inquirió el confundido.
-Se enojo conmigo por una tontería -murmure enojada.
-Enojado... -repitió Sebastian en voz baja
-No... creo que estaba furioso -me corregí- Pero creo que si no hubiera golpeado a Diego no estaríamos. De todas formas el no debió golpearlo.
-¿Golpear? ¿A quien golpearon? -dijo confuso Sebastian.
-A Diego, ¡oye! ¡no me estas poniendo atencion! -exclame.
-!Lo lamento! Es solo que, el jamas se había enojado. ¿Porque se enojaría?
-Joder, Sebastian, ¡Porque bese a Diego! -dije desesperada mientras llegaba a la cocina.
Busque comida por todos lados pero no encontré nada.
-¿Donde esta la comida? -le pregunte a Sebastian que estaba mirándome serio. -¿Que?
-¿¡Lo besaste!? -grito enojado.
-Sebastian, deja de estar repitiendo lo que digo y todavía preguntando lo que ya sabes, me molesta.
-Erika, ¿porque lo hiciste?
-Porque quiero y puedo -dije viéndolo fijamente.
-Eres muy idiota.
-Gracias, lo aprendí de ti. -sonrei y el me enseño su dedo de en medio.
-¡Eres un grosero! -dije divertida. El tambien rio.- Ahora, ¿donde esta la comida?
-No hay galletas ni nada de eso.
-¿Que? ¿Porque?
La mama de Sean llego y se llevo toda la comida chatarra que teníamos para remplazarla por frutas y verduras. -dijo despreocupado.
-Oh no, esa señora me va a oír, no puede entrar a mi casa porque si y llevarse toda mi vida. -camine con paso decidido hacia la puerta pero Sebastian me lo había impedido tomándome del brazo.
-No seas maleducada Erika, solo come lo que hay. No te hará nada malo comer sano. -me sonrio y termine accediendo.
-Justo lo que no quería que pasara, ocurrió -murmuraba mientras me regresaba a la cocina -Solo me voy unos días y pasa de todo.
Agarre un pequeño pedazo de sandia, unas cuantas fresas y algunas cerezas para hacer una ensalada de frutas y no desmayarme.
-¡¡Erika!! -grito Sean en la entrada de la casa.
-¡¡Estoy en la cocina!! -le respondí
Segundos después, Sean estaba a mi lado.
-Hola hermosa, ¿Que haces? -murmuro abrazándome de por atrás.
-No entiendo la manía de las personas al preguntar lo que ya saben -murmure irritada. Lo que mas odiaba de las personas era que me preguntaran lo que estaba haciendo cuando ellas mismas veían lo que hacia.
-Lo lamento. -dijo riendo.
-¿Que hacías afuera?
-Estaba hablando por teléfono.
-¿Con quien? -pregunte curiosa.
-Con alguien del trabajo.
-¡Eso es mentira! Estabas platicando con una chica que se llama Verónica -dijo Diego pasando por ahi.
Abrí el primer cajón de la encimera y saque un cuchillo.
-Verónica... ¿acaso es la chica que descubrí en tu teléfono?
Sentí que se ponía tenso y escuche que tragaba saliva duramente.
-S-si pero es solo una amiga. -dijo tartamudeando.
-Oh, bien -puse una fresa en la tabla para picar y la corte fuertemente.- Que bueno que es solo una amiga, ¿verdad?
-No te preocupes, yo te quiero a ti -dijo dándome un beso en la mejilla.- Ella no es nada para mi.
-Me acabas de decir que es tu... - dije clavando el cuchillo en la fresa mas fuerte- Amiga.
-Si, pero, tu eres mas importante que ella.
-Ah, entonces tengo que decir que soy afortunada de ser la única en tu vida, amor, estoy muy contenta. -todo lo estoy diciendo con total sarcasmo.
En realidad, estoy muy cabreada.
Pero, el sarcasmo es la mejor herramienta para cada persona.
Seguí concentrada picando mi merienda y cuando termine, puse los pedazos de fruta en un plato pequeño y lo lleve a mi habitacion, tenia planeado estar acostada en mi cama mientras comía y veia una serie de television por todo lo que restaba del día.
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Mi pequeña mate
WerewolfLas viejas leyendas de hombres lobo son reales. Tal vez no sean tan sádicos y sin amor como los cuentos, No... Algunos de ellos son cariñosos y románticos, ellos solo protegen lo que es suyo. Anhelan a su pareja desde su primera transformación y la...