-Oye, tengo demasiados problemas como para que me des otro más.- suspire tallándome los ojos.
-Yo no soy un problema, es más, seré tu juguete sexual.
-Ah, yo....estas malinterpretando las cosas, yo no necesito un...lo que sea que es eso...lo unico que necesito es desahogarme con esa mujer idiota.
-Oh, ¿eres lesbiana? No te preocupes, yo me presto.
-Carajo, soy tan heterosexual que por eso tengo a dos hombres en mi habitación y si fuera lesbiana créeme que nunca haría eso con ella.- la apunte- Y sabes que, aquí se acaba nuestra conversación.
Fui hacia la cama, tropezándome con las piernas de los chicos que siguen dormidos, y ahora sí, pude llegar a tiempo de que otro idiota me agarrara algo de mi cuerpo.
Cuando llegue hasta donde estaba Cindy la agarre de los cabellos rubios y la baje de la cama.
Ella ya se había despertado, así que no tarde mucho en empezar a hablar educadamente tratando de no descontrolarme.
-Escucha esto que no lo voy a decir dos veces, quiero que te alejes de Sean, de Diego...
-¿Quién es Diego? ¿Es guapo?
-¡Cállate estúpida!, él es mío. -grite enojada.- Ahora sí, lo que decía, olvida todo de nosotros...
-No seas idiota -dijo burlona- Tu papa está urgido de hacer amistad con nuestra manada que de seguro no te prestara atención a ti.
-Muy bien, lo quise arreglar por las buenas pero no me dejaste.-murmure y me lancé hacia ella cayendo sobre el suelo ya que los chicos se habían despertado y se habían levantado viendo el espectáculo que Cindy les quería dar pues estaba desnuda pero eso no me importaba., lo unico era que tenía en mente era vengarme de ella por ser tan...Cindy
Le pegue en la mejilla y ella chillo dolida. Dios, solo fue un golpecito.
Ella me pego una cachetada y yo gruñí, planeaba golpearla en el estómago pero alguien me sujeto de la cintura y me quito del alcance de ella que también la habían agarrado.
-¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡Suéltame! –rasguñaba y golpeaba a todos lados para que me dejaran ir.
-Tranquila Erika, soy yo, soy yo...-susurro Diego en mi oído y rápidamente puso sus labios en mi cuello dándome ligeros besos húmedos.
No supe cuando deje de forcejear pero de pronto me vi en el espejo que estaba frente a mí que Diego me estaba cargando mientras hacia lo suyo en mi cuello.
-¿¡Que sucede aquí!? –bramo Sean enojado, viendo tantos chicos desnudos en la habitación.
Cindy estaba bien, solo le había hecho un pequeño rasguño pero ella lo exagero diciendo:
-Me duele mucho la cabeza Suny -Esperen, ¿Suny?- Y el estómago, Erika solo empezó a golpearme y yo no supe la razón. Solamente estaba dormida y de pronto comenzó a gritarme cosas de que yo era una bruja y nunca intento hablar civilizadamente conmigo, ¡ay Suny! Me duele todo el cuerpo.-se quejó Cindy. Esa idiota...
Intente zafarme de los brazos de Diego pero él me estrujo más contra su cuerpo
-No quiero que te hagan daño.-Su voz se entrecorto. Demonios, es la primera vez que escucho a Diego así.
-Voltee a verlo y lo bese.
Tranquilo, estaré bien. Solo aclarare unas cuantas cositas.
Le sonreí y él intento sonreír pero pareció más una mueca que una sonrisa.
Finalmente el quito sus brazos de mí y fui hacia donde estaba Sean y Cindy.
-Sean, bebe... -murmure dolida como ella, quiere actuar, entonces hay que hacerlo-Ella te abandono en el bar, y...- Fingí limpiarme una lagrima de mi ojo derecho.- Ella estuvo con cinco hombres en la noche, y ella...me golpeo -Sean se quedó sorprendido por lo que le dije, pero era verdad. Después de unos minutos la mandíbula de Sean se tensó y su rostro se volvió fastidiado.
-Cindy...-dijo firme, mientras levantaba la barbilla- Te dije que no te atrevieras a tocar a Erika por ningún motivo, te lo repetí cada momento que estuve contigo y ahora sales con que golpeaste a Mi mate. Ella es la futura Luna de mi Manada y tu no puedes tocarla ni aunque se esté muriendo porque no te debe de importar si algo le pasa, tu sabes que puedo hacer que tu papa te quite el puesto de ser Luna de la manada porque haz deshonrado el amor de Max, tu mate. Así que por favor te pido que te alejes de ella. Y ustedes-dijo apuntando a todos los chicos que estaban ahí –Lárguense de aquí.
Todos se vistieron y se fueron sin protestar pues como Sean era Alfa tenían que obedecerle.
-Suny...-gimió Cindy.
-No me vuelvas a decir así, Cindy-ladro Sean enfadado
Me tomo de la mano y caminamos a la salida con Diego que agarro mi otra mano.
Voltee a ver a Cindy que estaba enredada en una sábana mirándome con odio, le saque la lengua y nos fuimos de la habitación.
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Mi pequeña mate
WerewolfLas viejas leyendas de hombres lobo son reales. Tal vez no sean tan sádicos y sin amor como los cuentos, No... Algunos de ellos son cariñosos y románticos, ellos solo protegen lo que es suyo. Anhelan a su pareja desde su primera transformación y la...