Capítulo 30 -La profecía de las tres nargges estelares-

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¡Hola, lectores! Soy la autora de esta novela, vengo a agradecerles que hayan estado leyendo esta novela, y les animo a que sigan leyéndola. También a que comenten y voten. Espero que les guste este capítulo, ya que seguramente sea uno de los más importantes. ¡Muchísimas gracias por todo!

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Las nubes del mundo de los sueños se extendían por todo aquel hospital de nargges. Aunque, estas nubes, intentaban alejarse de una habitación, en la que una chica, de diecisiete años gritaba con todas sus fuerzas. Pero no era una chica normal... Era una nargge.

Olivia Anderson luchaba con todas sus fuerzas para poder seguir respirando, y viviendo. Ya que ese parto estaba teniendo dificultades.

Jake, su hermano pequeño y cazador de sueños, no se había alejado de ella en ningún momento. E Isabelle, la directora de The Academy Maxime, tampoco.

—Tenemos más complicaciones. —susurró uno de los nargges que se estaba ocupando del parto—. Al dar a luz, su parte mundi se morirá... es muy posible que uno de los dos muera. O el bebé o la chica... O también puede haber otros efectos secundarios...

—¿Qué está diciéndome con eso? —le preguntó Olivia. Isabelle frunció los labios.

—Salgan. Ya. Todos, vamos, salgan. Déjenos solas unos minutos. —murmuró Isabelle, pero lo suficientemente fuerte para que todos la escuchasen y saliesen. Todos salieron, excepto Jake, Isabelle se giró hacia él. El chico intuyó que eso significa que también tenía que salir, así que, suspirando, salió de aquella sala.

Isabelle y Olivia se quedaron solas en aquella habitación de hospital del mundo de los sueños.

—No sé si te acordarás.... Tú me dijiste hace unos días que no tenía ni idea por lo que estabas pasando... Pues sí, lo sé, sé por lo que estás pasando, por que... por que yo también he vivido esto. —las palabras de Isabelle dejaron con la boca abierta a Olivia, a la que le costaba respirar, y el brillo del sudor relucía por todo su rostro cansando—. Yo también tuve una parte de cazadora de sueños, de nargge y de mundi. Tenía dieciséis años y me quedé embarazada... En ese momento yo era una nargge maligna. En mi parto, también hubo este tipo de complicaciones... Yo lo único que quería era salvarme, y me dijeron que si yo me salvaba, el bebé moriría. No pensé mucho en eso, pues yo era una nargge maligna. Los nargges malignos piensan más en sólo sí mismos que en los demás... Piensan en el poder, y en destruir a los nargges del consejo... Así qué yo decidí eso, que el bebé moriría para que yo viviese. Sin embargo... hubo efectos secundarios. Cuando retiraron el cadáver del feto de mi cuerpo... Yo empecé a entrar en un tiempo de transición. Mi parte mundi desapareció, pero mi parte nargge se arraigó y quedó ahí, en cambio, sólo se quedó una parte de cazadora de sueños, he ahí por que puedo hacer muchas cosas de las que hacen ellos... Pero una cosa con la que no contaba, es que mi ideología y mi corazón cambiaron, me convertí en una nargge "buena", del consejo, y mi parte maligna desapareció. Estuve escondiendo ese secreto durante cinco años, hasta que me casé con un nargge maligno, tuve dos niños, y huí... Aprendí que todo lo que hacemos en la vida, ya sea para bien o para mal trae sus consecuencias. Hagas lo que hagas, elijas lo que elijas, Olivia, tendrá sus efectos secundarios.

—No quiero morir, pero tampoco quiero que el bebé muera... Lo ví, en el registro de mi familia, este bebé nacerá. —sentenció Olivia. Isabelle se limitó a asentir lentamente. Y sin decir nada más, se dirigió hacia la puerta, abrió y les indicó a los médicos que volvieran a entrar. E Isabelle les dijo que pasase lo que pasase, el niño tenía que vivir.

Aunque eso, traería muchísimos problemas, sobre todo para Jake.

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Unidos por el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora