Capítulo 38 -El amor lo olvida todo-

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Las nubes tronaban estropitosamente alrededor de aquel internado de piedras grises. Las ramas de los árboles se mecían y algunas se rompían por el fuerte viento. Los alumnos de The Academy Maxime corrían de un lado a otro, llenos de pánico, huyendo de aquella muerte con la que les perseguían los nargges y cazadores de sueños malignos.

Henry, vió como la melena rizada de Claire se movía de un lado a otro, como ella no volvía la mirada atrás. Por lo menos ella estaría a salvo de aquel barullo de rayos mortíferos que volaban sobre las cabezas de los estudiantes.

—Bueno, bueno, bueno... pero quién tenemos aquí.... ¡Si es Henry Hunter! ¡El nargge que puede mover objetos con la mente! ¡El nargge de la telequinesia! —dijo una voz a sus espaldas, Henry permaneció alerta cuando se giró y contuvo la respiración al mirar a la persona de la que procedía aquella voz que sonaba como pequeños cascabeles.

—Marie Elizabeth Bruns Mason. —Henry pronunció el nombre de la nargge que tenía ante sus ojos con cautela, aunque luego miró a la otra chica que la acompañaba, que tenía la mirada perdida en el camino por el que se había ido Claire, el chico tragó saliva. La chica de la mirada perdida, y cuyos ojos relucían en rojo, era Leslie Mason.

Reconoció también a otras dos nargges que acompañaban a Marie Elizabeth y a Leslie. Eran Olise y Sophie, las mellizas, lo único que las diferenciaba era el color de pelo. Una lo tenía rubio, y otra negro.

—Verás, queremos resolver esto por las buenas, asi que... ¿Dónde está? —la voz de cascabeles de Marie Elizabeth puso la piel de gallina a Henry.

—No... no... no sé, no sé de qué me estás hablando. —tartamudeó el chico de ojos verdes.

—Oh, yo creo que sí. Verás Henry, sólo queremos hablar con ella y ver que poder oscuro esconde en su interior... Según la profecía de las tres nargges estelares ella descubrirá algo gracias a su nargge, o sea tú, que la cambiará por completo y cambiará el mundo que nos rodea.

—Yo no soy su nargge.

—Oh, sí lo eres. —dijo la chica rubia, llamada Olise—. Cuando Marine y tú rompisteis, por así decirlo... también rompisteis el enlace que os unía como nargge y como cazador de sueños. Y al juntarte con Claire, ella se convirtió en tu cazadora de sueños. Ya lo sabes Henry, es la maldición que te persigue desde que mataste a un miembro de la familia Carter...

—Yo no fui, fue Daniel. Pero el consejo me pilló en el momento menos indicado.

—Vamos, Henry. Dinos su paradero... —murmuró Marie Elizabeth mirándose las uñas.

—¡Nunca! —estalló Henry, y sus ojos se iluminaron de un verde brillante.

—Leslie. —Marie Elizabeth se limitó a pronunciar el nombre de Leslie, que había tenido la mirada perdida hasta ese momento y alzó al mirada hacia Henry—. Mata.

Simplemente fue una palabra. "Mata". Pero Henry sabía que eso significa que había algo extraño y oscuro en el interior de Leslie.

Henry retrocedió al ver que Leslie avanzaba hacia él, y su espalda chocó con la verja negra. No había escapatoria.

Leslie, con la palma de la mano apuntando hacia el cuello de Henry, siguió caminando, lentamente. Los ojos de Leslie parecían perdidos, hipnotizados...

—¿Qué le has hecho? —las palabras salieron rápidas y sueltas por los labios de Henry. Marie Elizabeth sonrió, y recitó una parte de la profecía de las tres nargges estelares.

...La nargge con el don del hielo hará que la balanza del mal y el bien se incline en su preciso instante hacia uno de los lados, aunque ella traicionará tres veces a su hermana, la nargge con el don de dolor. Aunque a veces, el amor olvida todo...—Marie Elizabeth recalcó las últimas palabras dando un sentido completo a todo lo que estaba ocurriendo allí.

Unidos por el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora