Narra Claire:
Nos habían castigado a limpiar todo el comedor y a quitar los restos de tarta de chocolate que había incrustados en la pared y en los rostros de todos nosotros.
Estaba de rodillas, con una bayeta limpiando el suelo, Henry estaba limpiando con otra bayeta a escasos metros de mí, él alzó su mirada y me miró.
Durante varios segundos, nuestras miradas se cruzaron, él me sonrió.
Y yo aparté la mirada avergonzada.
Narra Juliette:
George me cogió de la mano.
-Cuando un nargge cumple diecisiete años, se celebra una ceremonia en la cual, a partir de ese momento ya puede ser entrenado, y a los veinte, ya puede luchar legalmente contra el mal del mundo. Aunque, eso varía según la zona en la que vivas del planeta. Los nargges malignos siempre han intentado reclutar a los nargges que cumplían diecisiete años, por eso es esencial que un nargge a punto de cumplir diecisiete años, esté en un lugar seguro, por lo menos hasta su ceremonia. –George cogió aire y siguió. –Los nargges malignos irán a ti, eso tenlo por seguro, todas tus antepasadas se unieron a los nargges malignos, todas excepto dos. La primera nargge de la familia Mason, ella nunca se volvió una nargge maligna, en cambio su hija, sí, y todas las demás descendientes también.
-¿Qué fue de ella? –Le pregunté. –De la primera nargge de mi familia. ¿Murió?
-No, todavía sigue ahí, ocupa el lugar de la familia Mason en el consejo, que son los nargges... buenos, por así decirlo, aunque nadie nunca le ha visto el rostro, ella siempre suele llevar una máscara que le cubre todo el rostro.
-¿Y la otra? Digiste que hubo dos.
-Sí. –Reconoció George. –La otra nargge de la familia Mason que no se unió a las demás, era tu tía. La hermana de tu padre. Por desgracia, esta murió dos días después de su ceremonia, dicen que fue asesinada por algún nargge maligno de la familia Mason...
-¿Mi familia es un tipo de secta? –Le pregunté. -Si no me uno con los nargges malignos de mi familia... ¿Moriré?
George tragó saliva.
-Para eso estoy yo. –Dijo él. –Te protegeré y no te tocarán ni un pelo.
-Eso espero. –Susurré. Y sonó como un poco egoísta, pero... ¿Es que acaso mi vida no había dado un giro completo en estas últimas dos semanas? Y lo que me quedaba por vivir, no era ni la mitad de lo que había vivido.
Todo, parecía un sueño irreal.
Y mirando una última vez al llano del bosque que nos rodeaba, comenzamos a caminar hacia los edificios del internado.
Narra Olivia:
Logan y yo avanzábamos por los pasillos de The Academy Maxime, hacia el despacho de Isabelle.
Minutos antes, la voz de la directora había resonado por todos los pasillos del internado, a través de los altavoces:
-"Que vengan a mi despacho, inmediatamente, Logan O'conner y Olivia Anderson" -Se había limitado a decir, pero como sonaba su voz, no parecía estar muy... alegre. Debería estar muy cabreada, y ver a Isabelle cabreada era algo muy, muy extraño.
Logan me miró.
-¿Qué has hecho ahora, Anderson? -Bromeó.
-No. -Negué con la cabeza lentamente. -¿Qué has hecho tú, O'conner?
ESTÁS LEYENDO
Unidos por el destino
FantasíaJuliette Mason es una chica tímida y muy seria. Pero debido a un accidente de coche, su prima muere, ella se convierte en un problema para la sociedad al creer que todo es por su culpa. Sus padres, al no saber qué hacer con su hija, deciden enviarla...